Reinventarse en Chueca

El barrio de Chueca representa, en la capital de España, la modernidad y el estilo «cool» por excelencia. Por su ambiente y por sus bares, ambientados en una estética minimalista con una tendencia «afterwork». El Café Figueroa era un mítico del barrio, al que acudían los madrileños a tomar su café. Sin embargo, hace poco más de dos meses, decidió reinventarse.

Desde mediados de noviembre, El Figueroa potencia más la copa que el café, la noche que el día. Sin dejar de lado los desayunos que le hicieron célebre, el local ubicado en el centro de Chueca ha habilitado una sala ideal para los «modernos», que podrán elegir entre más de 30 tipos de ginebra, 11 vodkas y una amplia variedad de rones. Entre las copas destaca el Daiquiri de fresa como especialidad de la casa y, por supuesto, rones, güisquis y un gran número de cervezas como Alhambra 1925, Coors, Coronita, Desperados, etc. Por su parte, un bartender se encargará de aconsejar al cliente sobre las distintas formas de tomarse una copa para después prepararla meticulosamente con el mayor cuidado.

Bajo una estética moderna, con una decoración recargada y casi barroca, El Figueroa, sin embargo, ha querido mantener la esencia del antiguo café y ese aspecto no ha sufrido demasiadas modificaciones. En cambio, la entrada se abre a los clientes con un techo negro y unos colores que se entremezclan con el lujoso color plata.

La música, más tranquila en el momento del café, sube de volumen a medida que avanza la tarde, enriqueciéndose de géneros como el jazz, el funk o el soul, al estilo del ambiente del local, ubicado en una zona de comercio a unos pasos de Gran Vía. El horario puede verse modificado por la sala de arriba, orientada a las fiestas privadas, aunque también abre los fines de semana por la mayor afluencia de gente, pero normalmente El Figueroa cierra alrededor de las 2 de la mañana.