Moda
Una novia cien por cien McQueen
La marca del malogradodiseñador británico fue la elegida por Kate: un homenaje a uno de los grandes de la costura
Madrid- Tras miles de rumores de todo tipo y numerosos juegos al despiste, que incluyen el desmentido de la propia diseñadora del vestido, el secreto mejor guardado de la «Boda del Siglo» quedó ayer al descubierto. Kate Middleton, ya duquesa de Cambridge, aumentó si cabe su popularidad entre el pueblo británico al casarse enfundada en un diseño cien por cien «british». La fabulosa pieza, firmada por Sara Burton para Alexander McQueen, no pudo ser una elección más acertada. Aunque en un principio pudiera no parecerlo, ya que cuando el nombre de McQueen empezó a sonar como uno de los candidatos con más posibilidades a vestir a la real novia, el temor a que el vestido resultara excesivo o teatral cundió entre los más excépticos.
Creación artesanal
Una vez revelado el secreto, y con la imagen del vestido más esperado dando la vuelta al mundo, la pieza también pudo resultar a ojos de más de uno extremadamente clásica, sobre todo por el efectista protagonista del encaje blanco. Sin embargo, un análisis más detenido confirma que no puede ser más apropiado para la futura Reina de Inglaterra. Fue realizado de forma totalmente artesanal según la más clásica tradición inglesa en confección de la que el malogrado Alexander McQueen siempre fue magistral representante, ya que cada una de sus creaciones eran espectaculares obras de arte que llegaban a reunir pintura, escultura y moda; su silueta resulta, sin embargo, notablemente moderna. Y como no podía ser de otro modo, y si el deseo de la novia era homenajear al genial creador, se trató de un vestido encorsetado. McQueen adoraba la corsetería, la estética medieval y el exceso refinado, y Sarah Burton, en una audaz labor de perfecta «heredera», ha sabido convertir esos tres elementos imprescindibles del genial universo de McQueen en un vestido de novia para una futura reina de Inglaterra, reto nada fácil. ¿El resultado? Un vestido con cuerpo encorsetado y escote corazón marcado en el que el sobrecuerpo en encaje, con manga larga y profundo escote en «V» contrasta de un modo especialmente atractivo, lo que logró un «look» discretamente regio y clásico, pero conscientemente rompedor y moderno. ¡Bravo por Sarah! ¡Bravo por Kate!
La tiara
Al final no llevó la que en su día perteneció a Diana de Gales y optó por una de «halo» prestada por la reina, que fue hecha por Cartier en 1936 y un regalo del duque de York (Jorge VI) para su esposa Isabel I. La reina madre regaló la tiara a Isabel II en su 18 cumpleaños.
La reina de la noche
- Su Alteza Real Catalina volvió a deslumbrar con el diseño que eligió para la cena privada . La novia mantuvo el corpiño palabra de honor que lució durante la ceremonia religiosa, esta vez sin los encajes con motivos florales que tapaban sus brazos, y lo combinó con una falda de vuelo lisa y cinturón plateado. El modelo lo completó con una torera de pelo con la que salió de Clarence House para dirigirse de nuevo al Palacio. El pelo lo dejó suelto repitiendo así la naturalidad de sus apariciones públicas.El príncipe Guillermo, también cambió su uniforme por un esmoquin. Durante la cena, la pareja pudo ya relajarse y reirse con el discurso del padrino, el príncipe Enrique.
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