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«Tenemos que recuperar y dignificar los productos autóctonos valencianos»

Ramón Mampell llega al cargo de secretario general de La Unió de Llauradors en un momento muy delicado para el sector y también para el sindicato, que tiene que intentar recuperar la fuerza que un día tuvo.

 
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- ¿Cuáles van a ser las principales líneas de su mandato?
- Tenemos ya dos ponencias que presentamos al Congreso. Una es de estrategia interna y la otra de política agraria. Esas ponencias se aprobaron en el Congreso con 20 enmiendas cada una de ellas. Ese es un punto de partida.

- ¿Cuáles diría que son los principales problemas a abordar?

- El principal problema es que nos acucian los precios cada día. Además, la demanda de los cítricos ha bajado un poco, ha habido presiones para cambiar precios que ya se habían acordado y eso no nos parece serio. Otros productos también tienen problemas, como el kaki, que últimamente ha sufrido los vientos y parece ser que ha tenido unos tres millones de pérdidas. Eso es el día a día, los precios están ruinosos prácticamente en todos los cultivos.

- ¿Cómo se puede solucionar este problema?

- No podemos tener este derrotismo derrotado, tenemos que tener ilusión y autoestima. Debemos pensar en ideas innovadoras que, aunque sean pequeñas, nos puedan proporcionar algo de alegría y valor añadido al producto.

- ¿Puede adelantar algunas de esas ideas?

- Nosotros apostamos por un diálogo de la sociedad civil y política, no querer imponer nuestros criterios y ver qué es lo que necesitamos. En estos momentos hace falta trabajar conjuntamente la Administración y las organizaciones para transmitir una cultura del alimento, del paisaje, de mantener el patrimonio, las costumbres y el territorio.

- Uno de sus principales objetivos es conseguir que se instaure el seguro de precios mínimos. ¿Cree que se podrá lograr algún día?

- Son propuestas que hay que estudiarlas para ver si son viables.

- ¿Cree que la normativa española y europea debería ser más dura con la cuestión de los precios?

- Existen herramientas, pero deberíamos ser más prácticos. Hay influencias externas y son pocas las empresas que dominan el sector alimentario. Debemos intentar cambiar esa tendencia, con la ayuda de los consumidores.

- ¿Cómo se puede cambiar esa forma de funcionar, marcada por las grandes superficies?

- Por una parte, consumiendo productos autóctonos, productos de temporada, aprovechar toda la riqueza que tenemos, semillas autóctonas que hemos olvidado y dignificar así nuestro producto. La Unió está elaborando un banco de semillas para recuperar variedades de la Comunitat que se han olvidado. Las grandes empresas han impuesto las variedades que se tenían que producir y hay que reorientar esto. Otra diferenciación es en materia de calidad y seguridad alimentaria. Los europeos tenemos una serie de limitaciones con los productos fitosanitarios que utilizamos, y debemos de estar en esa línea. Pero países terceros que invaden nuestro mercado no tienen esa normativa. Por eso queremos que haya más controles en frontera.

- ¿Qué va a hacer usted para que La Unió, como sindicato, recupere la fuerza social que ha perdido en los últimos años?

- Yo creo que no la perdido. Hemos estados aquí y tenemos fuerza. Pero a lo mejor han querido que la perdiésemos, que no es lo mismo. La Unión de Uniones somos las organizaciones que estamos trabajando más, y con sentido común. Otra cosa es que te lo reconozcan. Esa es una asignatura pendiente que tenemos. Tampoco queremos que nos lo reconozcan políticamente, sino por el trabajo que hacemos y por lo que representamos.

- ¿Cree que las organizaciones agrarias están demasiado vinculadas a la política?

- Puede pasar que alguna esté vinculada a algún partido político y luego, por otra parte, está el tema de las subvenciones. Nosotros no recibimos ni un euro y las otras sí, eso puede silenciar algo. Nosotros somos independientes y libres, por eso podemos decir las cosas. A nosotros no nos llegan ciertos dineros y hemos tenido que agudizar el ingenio. Estamos participando en el sector de las energías renovables, arriesgando nuestro dinero para mantener la organización.

- ¿Cómo es su relación con la consellera de Agricultura?

- A la consellera le he mostrado mi predisposición total, y a ver si podemos llegar a entendernos en muchas cosas, porque las necesidades las tenemos todos. Tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y de hacer políticas de campanario.

- ¿Y con el Ministerio?

- El Ministerio no nos ha dado la representatividad. El otro día estuve hablando con un diputado, y le dije que a lo mejor tenemos que ablandar el discurso y él me contestó que lo teníamos que ablandar todos. No podemos mantenernos en la confrontación continua. Veremos cómo van las cosas con la nueva ministra. Los directores generales han cambiado, pero el secretario de Estado, sigue siendo el mismo, un señor muy político.