Literatura

Lorca

Codazos en la tragedia

La Razón
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Anteayer me quedé sin palabras, cuando la tierra temblaba, el cielo se abría a la lluvía de cascotes y la Ciudad del Sol oscurecía. España entera, el mundo todo él giró su mirada al Valle del Guadalentín, donde la muerte, la desolación, y la ruina gobernaban a los hombres y mujeres de buena voluntad de esta tierra de gentes curtidas al sol y entregadas al bello arte de la piedra y sus bordados. El día después a la noche más fría y larga de los lorquinos, fue peor aún: su ciudad estaba rota, los hogares destruídos y sus gentes vagaban por las calles y plazas como zombis, sin rumbo, la mirada perdida y la pregunta clavada en la frente ¿por qué? Llegó Valcárcel y habló del plan solidario con Lorca, un plan de rescate de una ciudad perdida, en la que también coincidió Rubalcaba, en la que también coincidieron todos los españoles de bien. Y todos, absolutamente todos, esperamos que sea así. Lorca no puede perder el paso. No nos lo perdonaríamos nunca, porque ni se lo merece, ni nadie lo desea. Lorca debe salir fortalecida y recuperada de la desgracia, con nuevas energías ante la adversidad. Que pena el papel de algunos políticos que no saben estar a las alturas de las circunstancias, que buscan la foto a codazos en plena tragedia humana. Allá ellos, o ellas. Me quedo, LA RAZÓN se queda con los que sufren, es decir, nuestros hermanos de Lorca.