La injusticia de unas nuevas condiciones por Valentín Bote

España se la juega en este consejo europeo. Parece que, en cuanto al rescate se refiere, llega la hora de la verdad para nuestro país. Aunque el Gobierno ha intentado ser todo lo ambiguo que le ha sido posible respecto a la necesidad del mismo, los mercados lo tienen claro, y la notable reducción de la prima de riesgo de los últimos días así lo atestigua. Quizá me equivoque, pero creo que saldremos de este Consejo «rescatados». De no ser así, me temo, el castigo de los mercados será terrible.
Lo relevante a día de hoy es conocer cuál va a ser la fórmula concreta del rescate y si van a existir unas condiciones adicionales para que España pueda acceder al mismo. En este sentido, ha resultado muy razonable la postura del presidente francés, François Hollande, al plantear que a España no se le deberían imponer condiciones nuevas. Ésta será, con seguridad, la cuestión clave sobre la que giran las discusiones.
Unas nuevas condiciones, además de decir muy poco en favor de la seriedad de los mandatarios europeos, a mi modo de ver serían profundamente injustas con un Gobierno que ya antes de solicitar el rescate ha acometido una importantísima reforma laboral, que ha hecho notables esfuerzos para cerrar la sangría presupuestaria que dejó el anterior equipo, tanto con la aprobación de la Ley Orgánica 2/2012, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, orientada al control del déficit público estructural y que en la elaboración de los presupuestos, además del recorte de gasto público, ha tenido la valentía de asumir el coste político de unas subidas de impuestos –IRPF, IVA– contrarias a sus principios ideológicos, por poner sólo algunos ejemplos. Además, unas condiciones más duras podrían quebrar la relativa paz social que, salvo casos y fechas puntuales, todavía reina en España, al menos en comparación con ejemplos como el de Grecia.
Eso sí, el rescate ayudará, pero no va a solucionar nuestros problemas de fondo. Todavía quedará una larga travesía y será necesario un Gobierno que se mantenga firme con las reformas estructurales necesarias.
 

Valentín Bote
Profesor de Teoría Económica Univ. Autónoma Madrid