Minsk
Un muro de papel (0-5)
El BATE defendió con 10 hombres y en 22 minutos ya había encajado dos goles. El Barça endereza el rumbo en la Liga de Campeones
El Barça tuvo su visita anual en la «Champions» al frío de la antigua Unión Soviética (Rusia o Ucrania, en los últimos años; Bielorrusia éste) y se encontró lo que esperaba: un equipo que trataba de pararlo negando el balón y acumulando jugadores en su campo. La idea era aguantar y esperar que un hombre solitario, el ex atlético Kezman, cazara alguna pelota en un despiste y lograra el milagro de marcar. Pero el muro esta vez no era ni mucho menos de hormigón. Se rompió tan fácil como una hoja de papel. La parte de resistir no la cumplió el BATE Borisov como esperaba. La acumulación de diez futbolistas atrás (el portero, una línea de 4, otro de 3 y otra de 2) dificultó los movimientos del campeón de Europa sólo un rato. Pocos partidos más plácidos ha tenido el Barcelona. Porque lo malo de jugar así, como el BATE, es encajar un gol. Entonces, ¿qué? ¿Seguir esperando o salir y jugarse una goleada? En esta ocasión fue esperar para recibir igualmente una «manita». Las dudas no tardaron en llegar al conjunto local porque el primer gol no se resistió. Un centro de Alves lo introdujo Volodko en su portería. Por detrás llegaba Messi para rematar. Si no hubiera sido uno, hubiera marcado el otro, aunque el jugador bielorruso bien podría haber intentado despejar fuera.
El BATE dio un empujón al Barça con ese autogol para que se sintiera mejor. Ese tanto suponía el final de su idea inicial. El plan se hacía añicos y por delante quedaban 70 minutos de tortura. El conjunto español contribuyó a que su rival se sintiera todavía más pequeño de lo que es con la presión. En los últimos partidos ha recuperado esa voracidad en buscar la pelota que convierte los duelos en monólogos: sólo ataca un equipo, el otro no puede ni salir de su campo. Es curioso que los bielorrusos primero no quisieran salir y después no supieran. Perdían la pelota antes, demasiado pronto, y sus limitaciones se notaban: pases mal dados, balones regalados... El fallo que esperaba el equipo de Goncharenko llegó en un cabezazo atrás de Abidal, pero Puyol estuvo muy atento para cruzarse y evitar que Volodko enmendara el error del autogol. En ese momento el partido ya estaba casi resuelto, porque Pedro sorprendió con una entrada desde la segunda línea para cabecear el perfecto centro de Villa.
Xavi manejó el encuentro como quiso. Se hartó de tocar el balón para que el Barcelona cuadruplicara en pases a su rival. Durante mucho rato fue lo más parecido a un encuentro de balonmano o de waterpolo: los azulgrana se pasaban la pelota en vertical al borde del área contraria buscando el hueco. Sólo faltaban los goles de Messi para que la noche fuera completa. Leo tiene 24 años y con los dos tantos que marcó ayer igualó al mítico Kubala (194 goles). El argentino aprovechó un regalo del portero para cabecear a la red y después, ya en la segunda parte, fusiló sin piedad con un zurdazo. Villa completó una goleada que endereza el rumbo del campeón después del tropiezo inicial ante el Milan.
Ficha técnica:
0 - BATE Borisov: Gutor; Volodko, Filipenko, Simic, Bordachev; Baga, Olejnovich, Bressan (Kurlovich, m.82), Rudik (Aleksiyan, m.60), Kontsevói y Kezman (Skavysh, m.57)
5 - Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Mascherano, Abidal (Adriano, m.61); Xavi (Cesc, m.59), Keita, Thiago; Pedro (Maxwell, m.69), Messi y Villa.
Goles: 0-1, m.19: Volodzo, propia puerta. 0-2, m.22: Pedro. 0-3, m.38: Messi. 0-4, m.56: Messi. 0-5, m.90: Villa.
Árbitro: Manuel Gräfe (GER). Mostró cartulina amarilla a Alves (m.77) y a Simic (m.80).
40.000 espectadores llenaron el Dinamo Stadion de Minsk (BLR), en partido correspondiente a la segunda jornada de la primera fase de la Liga de Campeones, grupo H. El Barcelona vistió su segunda equipación, de color negro, y los jugadores lucieron un brazalete blanco en homenaje al fallecido Chus Pereda, ex futbolista de la entidad.
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