Nueva Zelanda

Daisy la vaca clonada que borra la alergia a la leche

Un grupo de investigadores crea una ternera para eliminar una de las proteínas que causa la intolerancia

Las vacas generan gases de efecto invernadero
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MADRID- Daisy o más conocida como la «vaca mágica» se ha convertido en el animal más buscado en las redes sociales. Esta ternera de once meses, que ha nacido sin cola, es digna heredera de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado en nuestro planeta. La novedad que aporta Daisy es que la leche que produce es apta para los niños a los que se les diagnostica alergia a la lactosa.

Un grupo de científicos neozelandeses han demostrado que lo que genera esta vaca modificada genéticamente está libre de la proteína beta-lactoglobulina, una de las principales causantes de la intolerancia. El estudio se ha publicado en la revista científica «Proceedings of the National academy of Sciences» (PNAS) y uno de sus impulsores, Warren McNabb, explicó a los medios de su país cómo fue el proceso: «Daisy produjo un vaso de leche diario durante cinco días. Una cantidad más que suficiente para analizar si la leche contenía la proteína beta-lactoglobulina». Este bioelemento junto a la caseína son los dos principales causantes de la alergia. Que Daisy sólo haya conseguido eliminar de su producción la beta-lactoglobulina es lo que a los expertos no les indica que la leche que produzca en un futuro sea del todo deseable para el consumo de los menores que sufren este problema alimenticio. «Hay mucha experiencias con vacas transgénicas y cada una aporta una nueva visión. La proteína que han conseguido eliminar –aunque siempre queda un porcentaje muy bajo en la leche– es un alérgeno importante, pero no el único.

La caseina también es muy importante. Hay niños que superan la alergia a la leche y suelen ser los que no toleran el primer elemento, los que son alérgicos a la caseina no la suelen superarla», explica José María Olaguibel, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). Aunque los científicos de la Universidad de Waikato (Nueva Zelanda) son muy optimistas con el hallazgo, lo cierto es que aún son necesarios muchos más análisis antes de que la leche de Daisy se comercialice.

Las alergias a los alimentos se han multiplicado en los últimos años. No sólo se ha elevado el número de alérgicos, también los productos hacia los que se crea intolerancia. En lo que se refiere a la leche de vaca, «hasta un 60 por ciento de los menores supera la intolerancia», asegura Olaguibel. Entre los tratamientos que se plantean para el 3 por ciento de los niños afectados por este problema, «el tratamiento más efectivo es el de las vacunas de sensibilización». Se ha introducido en los dos últimos años de práctica clínica y se administra de forma progresiva por vía sublingual. «Ayuda a establecer defensas», insiste el alergólogo.

España tiene su propio tratamiento

Paloma Poza, alergóloga del Hospital Nuestra Señora de La Candelaria de Santa Cruz de Tenerife, comenzó en 2008 un proyecto para reducir la alergia a la leche en niños. El tratamiento se centra en utilizar la propia leche y dosificarla en alimentos. Así permiten que la puedan ingerir los niños y que disminuya su alergia. «Ahora mismo estamos trabajando en la inclusión del huevo en la dieta, y cada vez habrá más alimentos», comenta. La experta explica que hay «muchos alimentos, a parte de yogures y queso, que contienen proteínas de la leche, desde el jamón a las galletas». La intención del tratamiento es «mejorar la vida de los niños para que pueden ingerir gran cantidad de alimentos y evitar losa aportes a través de fármacos». Poza quiso dejar claro que no hay que confundir «la intolerancia a la lactosa con la alergia a las proteínas de la leche», informa Rubén Cruz.