Atenas
Carrera contrarreloj de Grecia para eludir la quiebra
El Gobierno griego sigue esforzándose en tapar agujeros financieros y acallar rumores de quiebra en una carrera para convencer a sus socios europeos y al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que hace lo posible para reducir el déficit y de que el país aún puede salvarse de la bancarrota.
En esa política de mostrar que Atenas hace los deberes para recortar gastos, el Ministerio de Finanzas ordenó hoy a 151 empresas con participación estatal reducir sus plantillas en un 10 por ciento.
Entre las empresas afectadas figuran la del ferrocarril, la radiotelevisión estatal, la agencia de noticias ANA y la empresa del gas. La medida contempla dejar a los trabajadores públicos en la reserva durante un año, durante el que cobrarían el 60 por ciento de su sueldo.
Si tras ese periodo no pueden volver a ser contratados, quedarían despedidos. Varios medios locales calculan que unas 20.000 personas podrían verse afectadas por esa reducción de personal.
Además, se ha anunciado que el propio presidente del país, los parlamentarios en Atenas y Bruselas, los ministros y los alcaldes renunciarán a una de sus pagas para contribuir a reducir la deuda.
El Gobierno también tiene que definir esta semana el impuesto inmobiliario que anunció el pasado domingo, que grava con 4 euros el metro cuadrado la propiedad de viviendas.
Esta tasa, con la que se pretenden recaudar 2.000 millones de euros este año, ha sido rechazado por los sindicatos y los trabajadores de la compañía eléctrica, encargada de cobrar el impuesto, han anunciado que boicotearán su aplicación.
Pero además de las medidas de ahorro, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, insiste en su mensaje político de que el país no caerá y de que Atenas hará todo lo necesario para poner en orden sus finanzas. Hoy mantuvo una reunión extraordinaria con su ministro de Finanzas y varios asesores y luego se encontró con los principales banqueros griegos.
Además, la oficina del primer ministro confirmó a Efe que Papandréu mantendrá mañana una teleconferencia con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Aunque la agenda de la charla no ha sido revelada, fuentes del Gobierno indicaron a Efe que Papandréu insistirá en la voluntad de Grecia de cumplir con sus compromisos para seguir recibiendo ayuda externa y dará garantías del pago de la deuda.
Merkel afirmó hoy sentirse "muy optimista"y estar segura de que los países de la zona euro "encontrarán el camino"para que Grecia reciba el segundo paquete de rescate.
Esa segunda gran inyección de dinero, de 160.000 millones de euros, está aún en el aire por las dudas sobre la capacidad de Grecia de aplicar las reformas y recortes a los que se ha comprometido. Ese cumplimiento será revisado, previsiblemente a partir del lunes, por una misión de técnicos de la UE, el Banco Central Europea (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Del informe de estos técnicos dependerá en gran medida que se liberen los 8.000 millones de euros del sexto tramo del primer paquete de rescate a Grecia, que fue concedido en mayo de 2010. Un dinero que Grecia necesita con urgencia, ya que sólo dispone de fondos para pagar las pensiones y los sueldos públicos hasta el mes de octubre.
Y mientras en los despachos se discute sobre el rescate a Grecia y en los mercados se especula con la quiebra, las protestas sociales contra los recortes se siguen sucediendo en las calles del país.
Los taxistas protagonizaron hoy su enésima protesta por la liberalización del sector, que denuncian afectará a 27.000 conductores. Unos 6.000 profesionales cortaron los accesos al centro de Atenas y se concentraron frente al Parlamento, según informó la Policía.
Junto a ellos se manifestaron funcionarios de Hacienda y de Aduanas, afectados también por la política de recortes de empleos públicos. Para mañana los "indignados"griegos han convocado una protesta en la que también participarán funcionarios y trabajadores privados.
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