Cataluña

Mas se ve ganador y se compromete a administrar la victoria «con humildad»

Viste de épica el mitin final de campaña, el primer acto que comparte con Pujol

Artur Mas llenó el Palau Sant Jordi de Barcelona en el mitin final de campaña, en el que se vieron senyeres y banderas independentistas
Artur Mas llenó el Palau Sant Jordi de Barcelona en el mitin final de campaña, en el que se vieron senyeres y banderas independentistaslarazon

Barcelona- Dos semanas de campaña, más de 2.000 kilómetros recorridos y más de 3 millones de euros gastados culminaron ayer en el mayor aquelarre convergente que se recuerda. Más de 20.000 personas llenaron el Palau Sant Jordi para aupar al líder de CiU, Artur Mas, en su tercer, y, puede que definitivo, asalto a la Generalitat.
Como recuerda el líder de CiU siempre que puede, «los que nos daban por muertos en 2003 se equivocaron» y ayer fue una prueba de ello. No en vano, no se recuerda una demostración de fuerza convergente similar desde que colgaron el completo del Sant Jordi en el mitin de final de la campaña de las generales del año 1993.

«Travesía en el desierto»
Si la parroquia convergente no defraudó, tampoco lo hizo su líder, que apeló a la épica en su última aparición en público antes de las elecciones, en la que empezó a vestirse de presidente de la Generalitat. Mas repasó su «travesía por el desierto» y comenzó a divisar su «Ítaca» particular. «El domingo podemos tener una gran mayoría, ganémosla con humildad. Si por algún momento no recibo la victoria con este espíritu, podéis tirarme de las orejas», afirmó un Mas emocionado, que necesitó el respaldo de su mujer, Helena Rakosnik, en el escenario en el tramo final de su parlamento. «Si los catalanes apagaran todas las estrellas del cielo, yo iría con vosotros a oscuras por el camino que lleva a la justicia y a la libertad», sentenció con la voz entrecortada.
Si Mas fue el encargado de la épica y de pedir un último esfuerzo, la crítica y el discurso más duro quedó reservado –como en toda la campaña– para el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. El socialcristiano se encargó de levantar el ánimo en un Sant Jordi a reboscar con frases como «el tripartito empezó con una corona de espinas y ha acabado con una cruz» o «Montilla ha claudicado frente a unos comunistas teñidos de verde».
Sin embargo, la parroquia nacionalista venía previamente excitada por la palabras del ex president Jordi Pujol. Pese haber permanecido en silencio durante toda la campaña, quien durante 23 años dirigió el rumbo de Cataluña apostó por arropar al candidato. En su discurso, para no hacer sombra a Mas, se limitó a levantar los ánimos asegurando que «hay país en mayúsculas, pero el gobierno ha sido bueno».


Hallan unas pancartas del PSC para tapar gradas vacías
Apenas 24 horas después del mitin multitudinario del PSC en el Palau Sant Jordi, CiU se instaló en el mismo escenario para finalizar su campaña electoral. Los nacionalistas mostraron a la Prensa metros y metros de lonas adhesivas con la que los socialistas pretendían tapar gradas vacías. El PSC deploró la «burda» manipulación de CiU. «Pensar que el PSC pretendía engañar a la ciudadanía por el hecho de cubrir las gradas vacías con lonas es tener un pobre concepto sobre el criterio de los medios y la gente».

 


Sitio:
Palau Sant Jordi de Barcelona.
Asistentes
Más de 20.000. Intervinieron los cabezas de lista de todas las provincias y los pesos pesados: Mas, Duran Lleida, Trias y, por primera vez en campaña, Jordi Pujol.
El momento
Mas, emocionado, no pudo evitar acabar con los ojos llorosos. Tampoco David Madí pudo reprimir unas lágrimas, así como otros dirigentes de la federación nacionalista.