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Estado de gracia

La Razón
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El marianismo crece. Era previsible. Hace un tiempo, Rajoy era menospreciado. Unos lo hacían en público y otros en privado. Había periodistas, e incluso dirigentes de su partido. En las tertulias de radio y televisión, las merecidas críticas a Zapatero eran rápidamente compensadas con el deporte de vapulear a Rajoy. Lo sorprendente es que algunos eran periodistas o analistas de centro derecha. Esto cambió con las encuestas. Conforme avanza la distancia entre ambos líderes, se ha producido un interesante giro. Ha alcanzado el estado de gracia y ahora todo lo que dice está bien e incluso para algunos extraordinariamente bien. No descarto que aparezca algún virtuoso del peloteo y asegure que es la confluencia de Churchill, Adenauer, De Gaulle y Kennedy. Un hombre providencial para tiempos extraordinarios. Este fervor marianista era un fenómeno previsible, aunque Rajoy no ha cambiado. Tras el debate del jueves, los oyentes de las tertulias le otorgaron la merecida victoria. Un síntoma del éxito en las generales.