Iglesias mezquitas

Planteé a un grupo de alumnos si les parecía justo que hubiera mezquitas en España mientras que en muchos países musulmanes estuviesen prohibidas las iglesias. Sobre todo a los alumnos de entre 16 y 18 años, merece la pena incitarlos para que se planteen estas cuestiones que miden su grado de radicalidad, tolerancia, respeto, xenofobia... Sobre todo así, dejándolos opinar libremente, emergen las ideas más sinceras, sean finalmente las adecuadas o no; y resulta interesante escuchar de la generación que nos representará en el futuro, cuáles serán las posturas políticas, religiosas o democráticas que predominarán o no. Las respuestas fueron heterogéneas, los más radicales los primeros – «Venga ya, si no podemos tener iglesias en sus países, en España ni una mezquita»-; los que representan a los adolescentes que ni se implican ni se interesan, muy comunes – «Y a mí que me importa, yo paso»-; los puristas de la generosidad política indiscriminada – «Por supuesto, y también deberíamos usar dinero de nuestros impuestos para hacerles sus mezquitas, ellos también viven en España y tienen derecho»; pero sencillamente me quedo con una respuesta tolerante y conmovedora de una chica de 16 años: «¡Pues claro que tienen derecho a tener sus mezquitas!». Ante su rotundidad, le pregunto: «¿Y eso por qué, si ellos no nos otorgan ese derecho?». La joven contesta: «¡Pues por esto: porque nosotros ni somos ni seremos nunca como ellos!»