París

Los médicos aconsejan que la fundadora de LOreal esté bajo tutela por su senilidad

Los médicos que han examinado el caso de la multimillonaria Liliane Bettencourt, en conflicto con su hija por la gestión de su fortuna, consideran que tendría que estar sometida a una cierta tutela en los actos patrimoniales y de carácter personal por su senilidad, reveló hoy "Le Monde".

Los tres facultativos, que elaboraron su informe a instancias de una juez de tutelas de Courbevoie, en las afueras de París, justifican esa medida de protección a la vista de la "alteración conjunta de las facultades mentales y físicas"de la anciana Bettencourt, de 87 años, indicó el periódico en su página web.

En concreto, identifican una "enfermedad cerebral"y por eso concluyen que "debe poder beneficiarse de una medida de protección en los actos de la vida civil, tanto en los patrimoniales como en los de carácter personal".

El dispositivo que solicitan para ella es un grado inferior a la tutela, pero incluye que la persona que sea responsable reciba los ingresos de la protegida y se encargue de pagar sus gastos de cara a terceros.

En caso de que hubiera una decisión judicial en esa línea, eso significaría que la gestión de la fortuna de la heredera de L'Oréal quedaría estrictamente regulada.

La revelación de "Le Monde"llega tres días después de que la propia Bettencourt hubiera declarado en "Le Figaro"que su hija, que ha lanzado un nuevo procedimiento judicial porque juzga que su madre está bajo influencia de algunos consejeros que abusan de su debilidad, está "perturbada"y necesita consultar con un psiquiatra.

En su nueva demanda que rompe una tregua de medio año, Françoise Bettencourt-Meyers argumenta que el estado de senilidad de su madre le hace muy influenciable por su entorno de abogados y empleados e inhábil para gestionar sus bienes.

Madre e hija habían llegado a un acuerdo negociado por sus respectivos letrados el pasado 6 de diciembre, tras meses de conflicto abierto del que dio buena cuenta la prensa, y que estuvo incluso mezclado con un escándalo político que obligó a dimitir al ministro francés del Presupuesto Éric Woerth, del que se dijo que había dado un trato de favor fiscal a la anciana millonaria.