Hollywood

«Dinero fácil»: La avaricia rompe el saco

Director: Daniel Espinosa. Guión: D. Espinosa, M. Karlsson, H. Lo Sattarvandi y F. Wrikström, según la novela de Jens Lapidus. Intérpretes: Joel Kinnaman, Matias Padin. Duración: 124 min. Suecia, 10. Thriller.

«Dinero fácil»: La avaricia rompe el saco
«Dinero fácil»: La avaricia rompe el sacolarazon

Stieg Larsson se ha ocupado de desmitificar Suecia como el paraíso de la sociedad del bienestar, y, detrás de él, el auge de la novela negra escandinava y la misma realidad –he ahí el reciente atentado de un filofascista a las hordas del partido laborista noruego– han demostrado que en todas partes cuecen habas. Que es lo mismo que decir que en los países nórdicos hay tanto crimen organizado y violencia callejera como en España. Las novelas de Jens Lapidus, prestigioso abogado sueco metido a escritor de «best-sellers», se pasean por los bajos fondos de Estocolmo para destapar la otra cara de la globalización. El dinero mueve al mundo, y Suecia ya no es un país ni pacífico ni ario.

Tres personajes protagonizan «Dinero fácil»: un colombiano que acaba de escaparse de la cárcel, un serbio mafioso y un arribista autóctono que necesita enriquecerse a velocidad de crucero para seguir el tren de vida que le imponen sus nuevos amigos, compañeros de la escuela de negocios. Johan es la hipotenusa del triángulo, el centro (a)moral de esta historia en la que todos venden a su mejor amigo, mienten y traicionan, por llevarse una parte más apetitosa del pastel.

No debe extrañarnos que Daniel Espinosa ya haya debutado en Hollywood, porque «Dinero fácil», con su nerviosa cámara en mano y sus arranques violentos, parece diseñada para seducir a los grandes estudios. Sin embargo, y a pesar de sus evidentes ambiciones –que se centran en hacer un retrato panorámico de la trastienda criminal europea, tan multicultural como mortífera–, no sabe coser los agujeros de guión y las inconsistencias dramáticas de su historia, y le cuesta orquestar una escena clave como es la del tiroteo en el puerto, tan confusa como el corazón del propio protagonista, dividido entre la avaricia y la fidelidad a un amigo.