Cataluña

Flexibilidad negociada por Josep Maria Rañé

La Razón
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Hace una semana CEOE, UGT y CC OO firmaban el II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva. La flexibilidad interna negociada puede ayudar a salvar o crear empleo. Esa es la idea sobre la que se fundamenta el acuerdo. Una flexibilidad que no se asocia a la arbitrariedad, sino a la necesidad de adaptarse a los cambios que el entorno en el que se mueve la empresa le impone. Una flexibilidad combinada y combinable con la seguridad. Una flexibilidad que permite que la negociación en la empresa y ámbitos superiores no sea contrapuesta, sino complementaria.

Un acuerdo realista en respuesta a la dura situación de desempleo que la EPA sentenció el viernes y que en unos días ratificarán los datos del paro de enero, que impulsa la moderación salarial para los próximos tres años, y que, sobre todo, hace del tiempo de trabajo, la movilidad funcional y los salarios instrumentos para combatir la crisis. En suma, este acuerdo es la reforma laboral pactada que necesita este país. Es una reforma para crear empleo no para abaratar los despidos, tal y como pedía hace pocos días Isidro Faine, máximo responsable de La Caixa.

A pesar de ello, siguen habiendo presiones sobre el Gobierno para que haga otra reforma laboral más dura. Algunas desde fuera y otras desde dentro, pero todas imbuidas por un dogmatismo extremo, consistente en creer que la solución es más ración del método que ha conseguido matar la débil recuperación y abocar de nuevo hacia la recesión al continente europeo. Por ello lo que ahora toca es perseverar en la línea emprendida por los agentes sociales y buscar el acuerdo social y económico en aquellos temas que falte ajustar.