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Mas da luz verde a una ley de consultas para avanzar en el camino soberanista

La Razón
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BARCELONA- Artur Mas se comprometió en su investidura como presidente de la Generalitat a iniciar una «transición nacional» basada en el «derecho a decidir». Ayer dio su primer gran paso en este sentido, ya que el Gobierno catalán aprobó un proyecto de ley de consultas populares que permitará al president convocar a los ciudadanos a las urnas para pedirles su opinión sobre temas como el pacto fiscal e incluso sobre la autodeterminación.

El portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, fue interrogado por si la ley de consultas populares no refrendarias permitirá a Mas impulsar una pregunta sobre la autodeterminación de Cataluña. Y respondió: «Desde un punto de vista estrictamente jurídico, la cuestión de la autodeterminación requeriría un cambio de la Constitución». La pregunta es: ¿tiene iniciativa la Generalitat para modificarla? La respuesta es que sí. Desde el punto de vista formal se podría hacer plenamente». Sin embargo, los fundamentos jurídicos del TC parecen dejar claro que la Generalitat sólo puede plantear cuestiones sobre su ámbito de competencia.

Sea como fuere, el Gobierno de CiU ha querido, sobre todo, desmarcarse del proyecto precedente, el que sacó adelante el tripartito en marzo de 2010 y que establecía que el Estado debía dar su autorización a la Generalitat para permitir consultas por vía de referéndum. Un año después, en febrero de 2011, el Tribunal Constitucional (TC) lo suspendió por considerar que los referendos son competencia exclusiva del Estado y, meses después, levantó la suspensión, ya que no había ninguna consulta en marcha. Ahora está pendiente de fallo.

Usar el padrón
La argucia de Mas para sortear al TC es abandonar la consulta con categoría de referéndum, lo cual significa que el plebiscito no será vinculante. Otro de los aspectos que se modifican respecto al proyecto precedente es que la Generalitat utilizará el padrón y no el censo.

«Éste es un Gobierno al que no le da miedo preguntar a la gente y las consultas son una apuesta de radicalidad democrática. Los que se oponen están intentando amputar la expresión democrática», subrayó Homs. Previsiblemente, el proyecto no se aprobará en el Parlamento catalán hasta el próximo verano y, a buen seguro, contará con el apoyo de ERC.

Mas medita usar el as de la consulta para preguntar a los catalanes sobre el nuevo pacto fiscal en la línea del concierto económico, ya que el clamor popular le daría una posición de mayor fuerza para negociar con el Gobierno. Antes, sin embargo, es partidario de tejer un gran consenso en el Parlamento catalán para tener más garantía de éxito.