Cobrar sin trabajar

Con lo difícil que se está poniendo en este país cobrar la pensión, y resulta que aquí hay gente que se ha podido retirar con menos de 50 años de edad y sin haber trabajado un solo día en la empresa que les prejubiló. Todo por obra y gracia de unos dirigentes que se creyeron con autoridad moral para subvencionar a compañías en crisis y meter de clavo en sus «eres» a familiares, amigos, colegas y vecinos. Es lo que tiene el poder absoluto: se ejerce porque sí, sin pedir permiso ni dar explicación alguna, saltándose la legislación a la torera y tomando como propio el dinero público, que como dijo la inolvidable ex ministra de Cultura Carmen Calvo, «no es de nadie», esta ahí a la vista, esperando a que los socialistas se lo pulan. Hay personas que para poderse jubilar en España van a tener que trabajar 38 años sin tregua ni descanso. Otros, por lo que se ve, lo han hecho con total facilidad sin coste ni esfuerzo alguno sólo por voluntad de unos altos cargos adscritos a la Junta de Andalucía. Y eso que la Inspección advirtió del fraude a Griñán, a la sazón consejero de Chávez. Pero nadie entonces movió un dedo. Ni siquiera la Fiscalía, tan eficaz persiguiendo a Camps como inútil en lo que concierne a la presunta corrupción en el partido del Gobierno.