Bogotá

Harold Zúñiga: «En España hay demasiado sentido del ridículo»

Profesión: «coach» profesional de la oratoria. Nació: en 1958, en Bogotá. Por qué está aquí: por su libro «Hablar bien en público» (Temas de Hoy).

Harold Zúñiga: «En España hay demasiado sentido del ridículo»
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–«Hablar bien en público». Viene a decir que es más importante la forma que el fondo...
–Sí. Un mismo discurso puede resultar aburrido o brillante dependiendo de cómo se diga.

–O sea, que hoy es más importante cómo se dice que lo que se dice...
–No exactamente. Lo que se dice es muy importante, pero el impacto lo causa el modo. Es vital.

–Ya, como en la tele: el mensaje es el color de la corbata de quien habla...
–Muchas veces, sí. No es algo banal, es asumir la realidad. Las cosas no son como nos gustarían que fueran. Por culpa de la imagen, del cómo se dice, a veces grandes talentos no brillan.

–Vivimos en la dictadura de la imagen, está claro.
–Me pregunto si no habremos vivido en esa dictadura siempre.

–¿Qué vale más que mil palabras? ¿Una imagen?
–Una imagen, y sobre todo, una acción.

–¿Por qué la mayoría tiene temor a hablar en público?
–Por el miedo a exponerse, por el sentido del ridículo. Aquí hay demasiado sentido del ridículo. En EE UU parece que no existe.

–¿Cómo se pierde?
–Practicando, practicando y practicando.

–Demóstenes se metía una piedra en la boca...
–Yo hago ejercicios similares con los que tienen problemas de dicción.

–Aparte de «yo no soy orador», ¿qué no debe decirse nunca al principio?
–«Vengo a darles unas lecciones».

–A muchos filósofos, científicos, etc., les cuesta expresarse con claridad.
–Algunos creen que si lo hacen oscuro parecen más cultos.

–Nunca ha entrenado a políticos, sí a muchos empresarios...
–Se preocupan más de su oratoria que los políticos. Los empresarios se juegan el dinero hoy. Los políticos juegan a más largo plazo.

–Es entrenador, profesor, experto en comunicación. ¿Qué nota les pone a los políticos españoles en oratoria?
–A los mejores, un siete. No son muy buenos porque olvidan la empatía.

–«Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido, que abrirla y disipar toda duda» (Mark Twain).