«Mou» recupera la chispa

MADRID-Si nada raro ocurre, Mourinho tiene ya de vuelta en el equipo a Di María, su ojito derecho. Él fue el primero de los refuerzos que el técnico portugués pidió nada más desembarcar en el Santiago Bernabéu. Una operación que no podía frustrarse. Se firmó por fax mientras el extremo argentino estaba en Suráfrica disputando el Mundial. Mourinho avisó de que habría que blindarlo o en algún momento se lo llevarían. Oído cocina: al «Fideo» se le puso una cláusula de rescisión de 210 millones de euros. Pese a tantos quilates de libertad, el Manchester City de Mancini no deja de llamar a su puerta.
Mourinho ha tenido palabras de elogio individual para algunos de sus hombres, pero con dos de ellos, especialmente, ha protagonizado una encendida defensa. Con Cristiano, como respuesta a las críticas. Con Di María, de forma espontánea, tras su gran partido contra el Sevilla. «Di María ha demostrado por qué está en el Real Madrid», dijo el técnico, en clara alusión a quienes en esta temporada y media hayan dudado que el argentino valga los 30 millones de euros que por él pagó el Madrid; o, quizá, a que su aumento de sueldo (es de los que menos cobra de la plantilla: 1,8 millones anuales) siga en el cajón de los asuntos pendientes. Ese día, Mourinho tenía algo más que ponderarle: su entrega y sacrificio. Porque Di María había protagonizado un gran acto de lealtad personal y profesional. Se refería «Mou» al hecho de que Di María se hubiera gastado más de 100.000 euros para pagar un avión privado que le llevara a Rosario para asistir al sepelio de su suegro y volver al día siguiente para jugar, sin entrenamiento previo, y después hacer uno de sus mejores partidos.
Precisamente frente al Sevilla, el argentino jugó su último partido. Se lesionó en el último entrenamiento del año y, cuando iba a reaparecer frente al Barcelona, sufrió una nueva lesión. Es ya la tercera lesión muscular de El «Fideo» esta temporada. La primera, ante Osasuna el 6 de noviembre, fue una rotura fibrilar de grado I en el bíceps femoral, que le tuvo fuera de juego veinte días. La segunda, el 31 de diciembre, una microrrotura en el recto anterior del muslo derecho, ha tenido tintes de misterio. Lo que en un principio era una baja de diez días se ha alargado durante mes y medio por una contractura –la tercera–. Aunque podía haber reaparecido en la pasada jornada ante el Levante, Mourinho lo tiene entre algodones. Tan largo y delgado es El «Fideo» que necesita coger masa muscular.
El futbolista argentino, que ayer cumplió 24 años, es el máximo asistente de la Liga (13 pases de gol en 14 partidos). Cristiano e Higuaín, a los que ha regalado cinco y cuatro pases respectivamente, le esperan con los brazos abiertos. Como «Mou», su máximo valedor en el club.