CRÍTICA DE CINE / «Mañana cuando la guerra empiece»: Adolescentes de armas tomar

El guionista de la rentable saga «Piratas del Caribe» (también escribió el de la notable «Collateral», un texto que le honra) se ha liado la manta a la cabeza y ha decidido debutar como director con una película de acción «teenager» y aires de aquel «Amanecer rojo» que tanto entusiasmó al público de los 80, donde narra la hipotética invasión de Australia por parte de un misterioso ejército oriental cuya procedencia es un enigma durante todo el filme. La gracia del asunto estriba en que un puñado de adolescentes con sus típicos problemas a cuestas (de identidad, sentimentales, familiares, nada del otro mundo, por otra parte) se convierten, de la noche al día, en aguerridos soldados que intentarán eludir al enemigo y, de paso, defender la patria del ataque. Basada en el «best seller» de John Marsden, se trata de una producción pergeñada por y para jóvenes, quienes pueden pasar un rato feliz de palomitas y cola con estos muchachos capaces de las mayores e inverosímiles heroicidades, como escapar ilesos de una balasera escalofriante. Un final que promete la correspondiente secuela, que ya parece urgirle a los productores, colofonea esta gesta con acné que arrastra cierta falta de ritmo durante la media hora postrera, salpicada de algunas largas isquisiciones o diálogos un poco tontorrones. La poca edad, que tiene eso de bueno y malo.