Reflexionando

En este día de reflexión, destaca la pérdida de ilusión generalizada, que hará que muchos voten castigando a quienes les han defraudado, y la indignación de la sociedad damnificada por la crisis económica y la falta de su gestión a tiempo. Lo paradójico es que los que no han sabido evitar esta situación de ruina, desempleo y sobre todo esta sensación de falta de democracia hayan apoyado las protestas. ¡Pero si van contra ellos! Me atrevo incluso a decir que la mayoría de los manifestantes que sí votaron en las últimas elecciones lo hicieron a favor de quienes han llevado a España a la situación que hoy todos lamentamos. Votaron medidas sociales, pero se vieron en la calle. Por ello se sienten indignados y desengañados, aunque podían haber reaccionado antes. Nadie puede negar que motivos ha habido, y de sobra, pero los que tenían que haber impulsado estas protestas fueron silenciados por quienes los financian. Que haya sido Madrid el lugar principal de las protestas no tiene tanto sentido ya que, afortunadamente, es de los lugares donde menos podemos quejarnos, pero no olvidemos que hay comunidades en las que familias enteras están desempleadas. Que sepan los poderosos que la sociedad no está anestesiada, que dejen de manipular un sentir y que la Rebelión Cívica, además de tomar las calles contra el terrorismo, por fin también reclama un verdadero Estado del bienestar.