Israel

Trinidad Jiménez sintió «frustración» por no poder contestar a los insultos en Israel

La ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, reconoció este jueves que sintió "frustración"por no poder contestar a los colonos judíos que la insultaron y la calificaron de "antisemita"durante su reciente visita oficial a Hebrón, en Cisjordania.

La minsitra aseguró al respecto que el actual Gobierno español es el que "más decisiones"ha tomado para hacer "pedagogía"contra los estereotipos antijudíos. En declaraciones a Televisión Española recogidas por Europa Press, la ministra admitió que tuvo un "sentimiento de frustración por no poder contestarles y no poder decirles que nada estaba más lejos de la realidad".


"Soy una persona que no está nunca contra nadie, ni siquiera contra mi enemigo", aseguró. Aparte, "soy extraordinariamente sensible hacia lo que fue el sufrimiento del pueblo judío, de hecho me hubiera gustado que se hubieran puesto las imágenes en las que yo estaba un haciendo un homenaje a las víctimas del Holocausto", agregó.


"Estoy segura de que todos los españoles tenemos sangre judía en nuestras venas", prosiguió. "Es absolutamente ridículo que haya este tipo de insultos", agregó.
Aparte, según la ministra, "justo durante este Gobierno es cuando más decisiones se han tomado para tratar de hacer pedagogía con la sociedad española". "Se ha creado una Casa Sefarad-Israel", cuyo objetivo es "generar acercamiento entre las sociedades y tratar de deshacer estereotipos", y "se ha instaurado un día de reconocimiento de las víctimas del Holocausto", explicó.


A juicio de Jiménez, es necesario "diferenciar el pueblo de Israel, contra el que España no tiene absolutamente nada", de las críticas hechas por "determinados sectores"contra "actuaciones concretas, decisiones concretas, de los Gobiernos"de Israel. Aparte, añadió, "es normal que la gente se ponga del lado de la parte más débil y la causa palestina enraíza mucho con ese sentimiento".


Durante su gira de esta semana por Israel y los territorios palestinos, la ministra pudo "profundizar con ambos presidentes (el israelí Simon Peres y el palestino Mahmud Abbas), y con los dos primeros ministros (el israelí Benjamín Netanyahyu y el palestino Salam Fayyad), sobre cómo se podría reconducir el proceso"de paz. Asimismo, explicó, tuvo "conocimiento de primera mano de los avances que se han ido produciendo en los últimos años".
En su opinión, el conflicto de Oriente Próximo atraviesa "un momento en que las dos partes reconocen que la solución pasa por el establecimiento y el reconocimiento de dos Estados". "Queremos una solución que sea estable y que permita vivir en paz", manifestó. EGIPTO
Respecto a la crisis política de Egipto, la ministra advirtió de que el papel de la comunidad internacional debe ser de "acompañamiento, no de conducción", ya que "una cosa es acompañar el proceso de reformas y de transición y otra muy diferente es decirle al pueblo egipcio cómo lo tiene que hacer".


A su juicio, la comunidad internacional tiene un "papel complejo"en este tipo de crisis, porque debe encontrar un "punto de equilibrio"que le permita defender las libertades y los derechos sin que se interprete como una "injerencia". "Si no hay un movimiento social interno que favorezca un proceso de reformas, intervenir 'ex novo', sin que haya una demanda por parte de la sociedad o ninguna reclamación por parte de los actores políticos, produciría rechazo", explicó.


Asimismo, la ministra advirtió de que no se debe tener "miedo a la democracia". Los cambios políticos, declaró, entrañan "siempre un cierto riesgo por la incertidumbre que generan", pero "todos los países están en condiciones de conducir sus propios cambios políticos sin grandes sobresaltos, y la democracia y las reglas de juego democráticas son capaces de reconducir cualquier movimiento que se adapte a estas reglas del juego".


En ese sentido, señaló que el actual proceso político egipcio no tiene por qué favorecer especialmente a los Hermanos Musulmanes. "Pueden surgir otros actores más ligados a sectores juveniles y más ligados a lo que es la reivindicación y la demanda principal, que nace en la necesidad de tener expectativas de vida razonables", agregó.


En cuanto a la posible extensión de las revueltas a otros puntos de la región, Jiménez estimó que "la clave es que los dirigentes de estos países estén atentos a lo que la gente les pide y que sean ellos mismos los que tomen la iniciativa de poner en marcha las reformas".
En todo caso, insistió en que el caso de Egipto es "diferente"de los de Argelia y Marruecos. "En Marruecos se inició el proceso de reformas desde hace ya algunos años", con el establecimiento de un código de familia que replantea "el papel de la mujer en la sociedad"
y la instauración de "un sistema de partidos políticos con alternancia", agregó.

GUINEA ECUATORIAL
Respecto a la visita que lleva a cabo el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, a Guinea Ecuatorial y a las críticas que ha generado desde diversos partidos políticos y organizaciones de Derechos Humanos, Trinidad Jiménez afirmó que se trata de un "viaje bueno para los intereses de España".


"En primer lugar, yo como ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, mantengo interlocución y relación fluida con todos los países", incluido Guinea Ecuatorial, que tiene "vínculos culturales e históricos muy intensos"con España.
Según la ministra, Bono decidió realizar el viaje después de consultar con el Ministerio de Exteriores y de buscar el acuerdo con los partidos. "Yo le dije que me parecía muy bien que el presidente del Congreso viajara a Guinea, porque la diplomacia parlamentaria forma parte de la fórmula diplomática que utilizamos los países para relacionarnos unos con otros", explicó.