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El terrorismo suicida irrumpe en Siria

La explosión de los coches bomba sembró el caos y el terror en el corazón de Damasco
La explosión de los coches bomba sembró el caos y el terror en el corazón de Damascolarazon

Tras más de nueve meses de revueltas, que se desliza inevitablemente hacia la guerra civil, ayer dos coches bomba hacían explosión casi simultáneamente junto a la sede de los servicios de inteligencia sirios y a una de las oficinas de la inteligencia militar, en el barrio de Kafar Susah de Damasco. Cuarenta y cuatro personas habrían muerto y un centenar resultado heridas, la mayor parte de ellos civiles, según el Gobierno, a pesar de que los ataques tuvieron lugar en una zona militar fuertemente vigilada y a primera hora de la mañana de un día festivo. Son los primeros atentados de estas características en Siria desde el comienzo de la revolución.

A pesar de las diferencias religiosas en el país, Siria nunca se ha visto afectada por el terrorismo sectario o extremista y, por ello, el ataque de ayer ha generado sospechas y dudas, que no pueden ser investigadas sobre el terreno porque Damasco ha vetado a la prensa extranjera así como a otros observadores independientes. El relato de los sangrientos ataques llega a través de la agencia de noticias oficiales sirias, que poquísimo tiempo después de las explosiones ya apuntaban a la responsabilidad de la red terrorista Al Qaeda, lo cual respaldaría la versión del régimen sirio, según el cual en el país se han infiltrado terroristas y grupos armados que estarían detrás de la rebelión. Pero la realidad de la oposición es muy diferente, y ayer incluso acusaba al régimen de haber orquestado los atentados, ya que hubiera sido casi imposible penetrar en esa zona de edificios estatales y detonar los dos coches bomba sin ser detenido, sobre todo un viernes, cuando las Fuerzas de Seguridad están en alerta al ser el día de protesta.

Llegada de los observadores

Se teme que Damasco quiera jugar la carta del terrorismo tanto a nivel interno para asustar a la población con un escenario de caos y violencia sectaria al estilo Irak como de cara al exterior ante la presión diplomática creciente. El momento en el que se producen los ataques también levanta sospechas: el jueves llegaban a Siria los primeros enviados de la Liga Árabe para preparar el comienzo de la misión que tendrá que vigilar la situación sobre el terreno y comprobar que Damasco aplicará el plan de paz del organismo para poner fin a la violencia en Siria. Los emisarios árabes eran llevados ayer al lugar de los hechos, en Damasco, donde los activistas no han tenido acceso tal y como aseguraba la ONG internacional Avaaz, pero se teme que los ataques sirvan de excusa para limitar sus movimientos. Incluso EE UU advertía ayer en un comunicado desde Washington que la violencia no puede detener el trabajo «crucial» de esta misión, la primera que Damasco ha aceptado después de seis semanas de negociaciones.
Francia también expresaba la preocupación porque el régimen ha estado en los últimos días «enmascarando la realidad de la represión», principalmente trasladando a los prisioneros políticos, que podrían ser más de 50.000. El Ejército y las Fuerzas de Seguridad sirias han intensificado la represión en los bastiones revolucionarios esta semana ante la llegada de la misión de la Liga Árabe. Los activistas denuncian que más de 300 personas habrían muerto desde que el Gobierno aceptara la entrada de los observadores el pasado lunes. Ayer salían a la calle un viernes más para rechazar el acuerdo de la Liga Árabe, que según critican llega demasiado tarde y no es más que un nuevo intento por parte de Bachar al Asad de ganar tiempo.