Bulgaria

Más de la mitad de los jóvenes españoles viven con sus padres

Algo más de la mitad de los jóvenes españoles entre 18 y 34 años todavía viven con sus padres, por encima de la media de la Unión Europea que se sitúa en el 46%. La temporalidad laboral y el paro son los principales factores que explican la salida tardía del hogar familiar, según un estudio que ha publicado este viernes la oficina estadística comunitaria, Eurostat.

La proporción de mujeres jóvenes españolas que viven con sus padres es muy inferior a la de hombres, especialmente en la franja de edad entre 25 y 34 años (29,8% frente a 41,1%), parcialmente porque ellas van a vivir en pareja más pronto, de acuerdo con el informe, que utiliza datos de 2008.

De hecho, el 45,4% de las mujeres españolas entre 18 y 34 años viven en pareja, ya sea matrimonio o unión de hecho, (frente al 47,6% de media en la UE), un porcentaje que disminuye al 32% en el caso de los hombres (35,8% de media en la UE).

La brecha de género se reduce en el tramo entre 18 y 24 años a solo tres puntos porcentuales (el 84,8% de las mujeres viven con sus padres frente al 87,8% de hombres) porque la mayoría de jóvenes en este grupo sigue estudiando. Casi el 60% de los españoles entre 18 y 34 años que viven con sus padres tienen un contrato temporal, uno de los principales factores que dificulta la emancipación por la falta de ingresos suficientes. Otro 10% se encuentra en el paro.

No obstante, el estudio de Eurostat pone de relieve que en España vivir con los padres no reduce el riesgo de pobreza. De hecho, el 15% de los jóvenes que viven con sus padres se encuentran en riesgo de pobreza, el mismo porcentaje que entre los jóvenes que ya se han independizado.

En 2008, aproximadamente 51 millones de jóvenes europeos no se habían independizado de sus padres. Los países nórdicos son los que registran un menor porcentaje de jóvenes viviendo con sus padres (menos del 20% en Dinamarca, Suecia y Finlandia), mientras que en los Estados miembros del sur y de la ampliación la proporción es hasta tres veces mayor (más del 60% en Bulgaria, Malta, Eslovenia y Eslovaquia).