Estreno

Secretos de un barco que no zozobra

Han sufrido el ataque de un batallón de pájaros, se han enfrentado a fuertes tormentas e incluso han bautizado a un cerdito dentro del barco, mientras se sobreponían al Apocalipsis.

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Y todo ello bajo la atenta mirada de más de cuatro millones de espectadores de media (y un 20,3% de cuota de pantalla), en una temporada que termina hoy y que dejará abierta la escotilla de numerosos misterios. En este último capítulo, titulado «Esperando un milagro», descubrirán que no están sólos.

David Molina, uno de los directores de «El Barco», reconoce que la ficción «era un reto técnico, pero también resultaba complicado buscar el equilibrio entre el género fantástico, la comedia familiar y la historia romántica para que enganchara a todo tipo de público». Todo indica que lo han logrado, pues no sólo se ha colocado líder de audiencia cada semana, sino que además se ha convertido en protagonista en las redes.

A bordo de las redes sociales
La serie ha creado un numeroso grupo de seguidores que comentan minuto a minuto cada capítulo en las redes sociales, están atentos a la caza de gazapos, «que alguno ha habido» y lanzan sus propias teorías sobre los misterios de «El Barco». Porque los guionistas de la serie siguen explorando los límites de unas tramas que «están cerca de Julio Verne, "Alien"o ‘‘Perdidos'', porque el entorno apocalíptico es ambicioso a la par que insólito», señala Molina.

En Facebook, «El barco» cuenta ya con 270.000 fans y en Twitter logra convertirse cada semana en «trending topic» (término más utilizado) en España. Su perfil oficial en esta red social tiene 17.500 «followers». Además, esta ficción de Globomedia es la primera serie de la historia de la televisión española que desarrolla «Twittersodios».

Se trata de episodios paralelos a la trama convencional que sólo pueden seguirse a través del Twitter, donde los personajes de «El barco» tienen sus propios perfiles e interactúan entre ellos, con lo que aportan información añadida a todos sus seguidores. Los Twittersodios», que cuentan ya con 82.000 seguidores, se pueden seguir desde la web de Antena 3 cada lunes, alrededor de las 21:00 horas, una hora antes de que comience el episodio.

Arneses y Biodramina
Viendo tan sólo un minuto de la serie, el espectador se imagina las dificultades de la grabación. Para las escenas en alta mar, el equipo se desplaza durante cerca de tres horas hasta llegar a mar abierto, para que no aparezca ningún rastro de otra embarcación o de tierra firme.

Los tripulantes del Cervantes Saavedra, el barco que se convierte en el Estrella Polar en la ficción, les asesoran en materia de seguridad y en alguna ocasión han parado los pies a los intrépidos realizadores que siempre van acompañados por arneses. «Hemos renunciado a subir a los actores al palo mayor por el mal tiempo, pero lo haremos», vaticina Molinag, que confiesa que algunas secuencias se han tenido que grabar en el puerto «con agua dulce porque la salada estropearía las cámaras».

El botiquín es otro de los elementos imprescindibles del rodaje y cada mañana se reparten pulseras antimareo y Biodramina a todos los componentes del equipo. El plató que simula el interior de la nave sólo es un poco más ancho que el real «para no restarle verosimilitud» y muchas secuencias se graban con una sóla cámara, que proporciona una gran calidad cinematográfica.

Por si todo esto no fuera suficiente, los actores han tenido que convivir con unos cuantos kilos de cangrejos y con unos violentos pájaros «la mitad creados digitalmente por motivos de seguridad», explica Molina. ¿Qué otras extrañas criaturas les esperarán en la segunda temporada?

Burbuja: un inquietante héroe
Se entusiasma cuando se define a Burbuja como un personaje perturbador. Y es que detrás de esa fachada inocente, el marino es más listo de lo que parece y «tiene un trasfondo con el que no sabes por dónde va a salir», asegura Iván Massagué, que sabe que tiene un bombón entre las manos y por eso ha colaborado con los guionistas en la creación del personaje. «Ellos querían a un Luisma o a un Marcos Mata (papel que él interpretó en «La familia Mata») pero no estábamos haciendo comedia y les propuse algunos detalles que aceptaron».

Entre ellos, que aunque fuera descuidado físicamente, tenía que ser muy ordenado y que rehuyera del contacto físico con el resto de tripulantes. Para preparar el retraso mental que tiene el personaje a causa de un accidente, Massagué estuvo con niños deficientes y se ayudó de una preparadora de actores «porque no quería que desde fuera se viera muy exagerado». En las siguiente temporada, le gustaría que Burbuja se enamorara y «que le pasaran cosas, pero que deje de ser él el que solucione siempre los problemas».