Barcelona

Montilla sufre su primera deserción

Castells, «número dos» del PSC, renuncia a ir en la lista de las autonómicas / Confiesa su decepción por la servidumbre del president con el PSOE

Montilla sufre su primera deserción
Montilla sufre su primera deserciónlarazon

Antoni Castells, consejero de Economía del tripartito catalán durante siete años (2003-2010), no acompañará a José Montilla en las listas del PSC de cara a las autonómicas de este otoño. Castells, uno de los dirigentes más destacados del ala catalanista del PSC, fue de número dos en la candidatura del partido en 2006 para compensar la accidentada marcha de Pasqual Maragall. Ahora, después de varios meses barruntando la idea de crear una plataforma política, el consejero de Economía, uno de los pesos pesados del Govern, ha decidido no concurrir de nuevo a las elecciones. Las razones de su abandono hay que buscarlas en la falta de independencia del PSC respecto al PSOE.

Castells eligió el diario catalanista «Avui» para hacer pública una decisión que ya ha comunicado al primer secretario del PSC y presidente de la Generalitat. El titular de Economía agotará sus días en el Gobierno catalán, pero se despide del Parlament tras la decepción de no poder ver al PSC marcando perfil propio respecto al PSOE durante las resoluciones del Debate del Estado de la Nación posteriores a la sentencia del Estatut. «En un momento en que el PSC tenía que decidir claramente que entre Cataluña y el PSOE, para nosotros lo primero es Cataluña, prevalecieron los equilibrios con el PSOE», analizó con pesar.

El consejero de Economía también considera un error haber pactado el Estatut sólo con Zapatero. «Visto con perspectiva, creo que se debería haber pactado también con el PP», dice.
Expresa, por otra parte, su admiración y su intención de ayudar a Montilla en su complicada misión de reconquistar la Generalitat, aunque manifesta su propósito de «tomar cierta distancia».

El líder de CiU, Artur Mas, se apresuró en comentar la salida de Castells, que definió como «una estocada fuerte» para la cúpula del PSC y que usó como prueba irrefutable de la supeditación de los socialistas catalanes al PSOE.