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Los expertos quieren que la infertilidad sea considerada una enfermedad
La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) ha pedido a la Administración que mantenga tratamientos de fertilidad dentro de la cartera del servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) a pesar de la crisis económica, pues la infertilidad es "una enfermedad biológica, psicológica y social que no se puede dejar de atender"y que responde a motivos de salud y no "a satisfacer los deseos del paciente".
"Las alteraciones de la capacidad reproductiva constituyen, sin lugar a dudas, un problema médico, cuya asistencia y tratamiento, no se trata de un lujo o capricho fruto de la presión social, sino de una necesidad para poder dar respuesta a un trastorno o enfermedad frecuente en nuestro país", dice el presidente de la SEF, Federico Pérez, en la presentación del Libro Blanco 'Infertilidad en España: Situación Actual y Perspectivas', elaborado con el apoyo de Merck KGaA.
Para el doctor Roberto Matorras, jefe de la Unidad de Reproducción Humana del Hospital de Cruces y editor de este libro blanco, "no hay que olvidar que las parejas estériles no están en situación de elegir: quieren tener un hijo, no pueden tenerlo y se enfrentan a un problema que incluso es capaz de generar por sí mismo trastornos psicoemocionales con un claro impacto sobre la salud".
Según Pérez, hay que "desterrar la idea de que los tratamientos de reproducción asistida son extraordinariamente caros", ya que cuestan menos que las cesárea o la asistencia a un parto con complicaciones. En concreto, en una clínica privada el ciclo de reproducción asistida puede estar entre los 4.000 y los 6.000 euros, mientras que en una pública costaría unos 2.800 euros, según datos de 2008.
Además, apunta, se trata de tratamientos cuyo rendimiento terapéutico "se ha duplicado en los últimos 20 años", elevando al 30 por ciento las probabilidades de éxito. Hace 40 años, recuerda, se empleaba la microcirugía en las trompas, "un proceso caro y que consigue la décima parte de éxito que las actuales técnicas".
En España, la infertilidad afecta al 15 por ciento de las parejas en edad reproductiva, por lo que cerca de un millón de parejas que necesitan asistencia reproductiva para concebir. Así, tres de cada 100 niños en España nacen hoy por técnicas de reproducción asistida. En el futuro, se espera que la cifra aumente, ya que el principal motivo de infertilidad es el retraso de la edad de la maternidad.
En concreto, en este país se realizan 50.000 ciclos de reproducción asistida, el 38 por ciento con éxito, y uno 23.000 tratamientos de inseminación artificial, de los que acaban en embarazo el 13 por ciento. De estos 50.000 ciclos anuales, un tercio se realiza en la sanidad pública y dos tercios en los centros privados.
En la actualidad, España uno de los países desarrollados con un mayor número de centros dedicados a la reproducción asistida. Según el último libro blanco de la SEF, en este país habría 217 centros de reproducción asistida, 180 privados y 37 públicos, lo que significa que hay un centro cada 280.000 habitantes y un centro público cada 1,5 millón de habitantes.
Nos encontramos, según el doctor Pérez, "en una posición privilegiada en volumen y calidad de los tratamientos", situados sólo algo por debajo de la media europea en el número de intervenciones. Según Pérez, "si bien los recursos asistenciales hoy en día en España son de un alto nivel y ofrecen una buena calidad asistencial, es preciso abordar con urgencia el déficit de recursos públicos".
"Esta brecha entre lo público y lo privado, unido a la crisis económica, puede estar limitando el acceso a los tratamientos a una gran parte de la población, para quienes el coste de las nuevas técnicas puede llegar a ser inaccesible, pudiendo generar desigualdad", denuncia.
También señala desigualdades en el acceso a los tratamientos de fertilidad por autonomías, ya que si bien la normativa "es homogénea en todas las comunidades", no lo es tanto "ni el acceso real a este servicio y ni los periodos de espera, con demoras máximas de hasta tres años". Las peores situaciones se dan en Cataluña, donde hay escasez de centros públicos de reproducción asistida, Madrid y Levante.
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