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La economía ya cayó por Pin Arboledas
No nos engañemos, si las previsiones de los analistas anuncian caídas del PIB en 2012 es porque calculan lo que pasará a la vista de lo que pasó. La economía ya cayó. No va a ser la política presupuestaria de este Gobierno la que le haga caer. Fue la falta de reacción a tiempo del Gobierno anterior lo que ha llevado al estado actual.
No se podrá achacar a unos Presupuestos de 2012 ser desencadenantes del fenómeno del paro. Ni siquiera de agravarlo. Los próximos Presupuestos tienen que ser ortodoxos desde un punto de vista fiscal. En caso contrario perderemos credibilidad internacional. Además, necesitaremos endeudar más al Estado, nuestra prima de riesgo volverá a subir y el servicio de la deuda hipotecará aún más el futuro presupuestario. La flexibilidad en el déficit público previsto es tirar la toalla antes de que el asalto acabe. Sobre todo cuando aún quedan casi nueve meses para que la campana anuncie el final del asalto. Es un combate a cuatro asaltos y éste es el primero. El Gobierno está aún fresco, ni siquiera tiene una ceja tocada, sus pies son ágiles y su pegada no es desdeñable ¿Por qué entonces retirarse del combate?
Otra cosa es que el árbitro (la Comisión Europea) decida rebajar las exigencias del combate a todos los púgiles del campeonato. Es algo que se habla. Sin embargo, en mi opinión, hay otra forma de combatir el paro; en lugar de relajar los déficits públicos, enviar dinero para financiar el sector privado. El BCE debería pensar cómo hacerlo. Tampoco nos engañemos, el crecimiento a base de gasto público, como demostró el plan E, es irreal y engañoso. Sólo el sector privado crea puestos de trabajo estables y reduce el paro de manera sostenida. Si volvemos a caer en la trampa de detraer financiación disponible en España para el sector público, ahogaremos nuevamente al sector privado.
2012 va a ser duro, con presupuesto recortado o no. Si volvemos a ceder, a caer en la ilusión del espejismo y se relaja el gasto público, los próximos años serán más inciertos. Si hay algún momento en que un político puede aplicar la ortodoxia fiscal es en los primeros meses de la legislatura. Conforme se acerquen las próximas elecciones generales, menos capacidad de austeridad tendrá. Aprovéchese el momento. Las cirugías mal cosidas acaban abriéndose. El enfermo sufre mientras se está saneando la herida. Por eso es comprensible que se queje, pero el cirujano debe hacer lo que su deber le indica.
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