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La Razón
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El PSOE está solo. Ayer lo escenificó en el Congreso de los Diputados. Pero la soledad del PSOE no es una soledad cualquiera. A ella se suman todos los frenos que han puesto al país contra las cuerdas. Hablo de su soledad parlamentaria, de su soledad en la presidencia europea en su semestre correspondiente, exceptuando, eso sí, a las dictaduras de Ecuador, Bolivia, Venezuela y Cuba. España no importa entre las grandes naciones occidentales e, incluso, hasta los caribeños se permiten el lujo de tutearnos y darnos lecciones de economía. ¡Qué desastre! Ante ello sólo cabe que Zapatero convoque elecciones anticipadas. Lo pide el 96 por ciento de la población española, muchos de ellos socialistas. Pero la ceguera del presidente impedirá que eso suceda. Lo recomendable es que antes del otoño caliente que se aproxima, el presidente del Gobierno disolviese las cámaras y convocase elecciones. Que el pueblo hable. Una huelga general en otoño sólo abundaría en el desastre de nuestra economía, pero para evitarlo la única medida es la anticipación electoral, que a fin de cuentas se produciría a menos de un año de las generales previstas para 2012. Por tanto, y sólo pensando en el país, lo lógico y sensato sería el adelanto al que tantos recurren, porque en caso contrario la crispación y la desconfianza en nuestros recursos llegaría a límites absolutamente injustificables, y eso abundaría igualmente en nuestra ruina. Señores del Gobierno, anticipen las elecciones, que es lo que toca.