Cataluña

Villaronga más bueno que el pan por Carlos PUMARES

La Razón
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Por fin una buena película en San Sebastián y, además, es española. Hablamos de «Pan negro», de Agustí Villaronga, un director que, desde aquella lejana «Tras el cristal» de finales de los 80, siempre interesa. La acción se centra en la posguerra en una comunidad rural de Cataluña vista a través de los ojos de un niño cuya familia ha perdido la contienda. La muerte de un hombre y su hijo, amigo del protagonista, desencadenará una serie de acontecimientos que constituyen la trama, magníficamente desarrollada del principio al final, incluso posee un toque fantástico. Villaronga sabe graduar con maestría todos los elementos que tiene a mano (el pasado, el mundo de las mujeres, la figura del padre condenado, quizá autosacrificado por su hijo y obediente con el poder) y consigue un equilibrio entre todos ellos, tarea que no resulta nada fácil. La dirección de actores, incluida la de los niños, es perfecta. «Pan negro» atrapa, se ve en un suspiro y le hace a uno pensar que hay magníficas películas (y magníficos directores) en el cine español. Además, se proyectó la aburrida «Genpin», de Naomi Kawase, de escaso interés y que se centra en un tocólogo con cuarenta años de profesión y en sus reflexiones sobre la vida y la muerte.


Carlos PUMARES