Cambios climáticos
Algunas galerías de agua en Tenerife superan por mil los niveles de radiación aconsejados
Según ha afirmado el físico Antonio Darwich, profesor del Departamento de Geología de la Universidad de La Laguna, tienen niveles de radón que superan por mil el límite aconsejado por la normativa europea -400 becquerelios por metro cúbico-.
Estos niveles se han detectado durante las tareas que un grupo de investigadores de diversas disciplinas realiza para monitorizar el agua y la radiactividad de galerías de agua de Tenerife para conocer la actividad geológica que hay en la isla.
El radón es un gas noble radiactivo que se forma a partir del uranio o del torio, elementos que están en pequeñas cantidades en la mayoría de las rocas, en el suelo y en el agua.
Las galerías de agua, de las que en Tenerife hay más de mil, son túneles horizontales que tienen hasta siete kilómetros de longitud y en ocasiones profundidades de hasta un kilómetro.
La radiactividad afecta por su nivel y por el tiempo de exposición. En el caso de las galerías de agua, Antonio Darwich señala que en algún momento hubo personas que trabajaban en esas instalaciones con niveles «brutales» de radiactividad.
Antonio Darwich indica que, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en las minas de carbón, en el caso de las galerías de agua una vez que se llega al naciente de agua se reduce muchísimo el tránsito de personas en la galería, ya que el agua se canaliza hacia la entrada. Sin embargo, en las minas tradicionales hay que estar siempre trabajando en el interior de los túneles para extraer mineral.
Para controlar los niveles de radón es necesario vigilar los sistemas de ventilación de esas instalaciones por lo que, según Antonio Darwich, los propietarios de las galerías han mostrado interés en los estudios que se realizan para monitorizar el agua y la radiactividad.
Según se indica en la página de Internet del Consejo Insular de Aguas, dependiente del Cabildo de Tenerife, una galería es un túnel con una sola boca (bocamina), con una sección media de dos por dos metros, perforado con la intención de alumbrar agua.
En Tenerife hay emboquilladas 1.051 galerías, con una longitud total perforada de 1.680 kilómetros, que en 2003 aprovechaban un caudal conjunto de 119,7 hectómetros cúbicos. Las galerías de agua comenzaron a perforarse a finales del siglo XIX en aquellos puntos en los que era más clara la evidencia de que había agua subterránea porque había manantiales.
Las primeras perforaciones se llevaron a cabo en torno a la dorsal de La Esperanza, en el municipio de El Rosario, y se extendieron por el resto de Tenerife, primero por la vertiente norte y luego por la sur. A mediados de los años 60 ya se habían abierto más del 90 por ciento de las galerías que hay en la actualidad, se añade en la página del Consejo Insular de Aguas de Tenerife.
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