Acoso sexual

Perfil del maltratador: español con estudios y con trabajo

El 69% de las víctimas de violencia de género son obligadas a realizar prácticas sexuales no consentidas.

Español en el 83% de los casos, con estudios medios o superiores y con trabajo. Este es el perfil del hombre maltratador que dibuja un estudio de la Federación de Mujeres Progresistas, según el cual el 69% de las víctimas de violencia de género son obligadas a realizar prácticas sexuales no consentidas.

El estudio, dado a conocer hoy, víspera del día internacional contra la violencia que se ejerce contra las mujeres, concluye que el 17% de los agresores son extranjeros, el 10% están en paro y o tienen estudios primarios (35%) o carecen de ellos (3%).

Las mujeres, en el 82% de los casos, son españolas, frente a un 18% de extranjeras, mayoritariamente de entre 36 y 45 años, seguidas por las menores de 25 (18%), desempleadas en un porcentaje del 40% y con estudios superiores o medios en el 46% y el 37%, respectivamente.

El informe "La salud sexual de las mujeres víctimas de violencia de género", elaborado a partir de las experiencias vividas por mujeres que recibieron terapia en el Servicio de Atención Integral de la propia Federación, desvela que el 49% de las atendidas fueron obligadas a tener sexo sin protección de ningún tipo.

También se ha constatado que el embarazo, "lejos de ser un momento en el que las mujeres deben recibir mayores cuidados por parte de sus parejas", es una situación en la que muchas sufren violencia. De hecho, el 77% de las entrevistadas dijeron que había sido así.

Todas las mujeres que participaron en el estudio y que declararon haber tenido al menos un aborto espontáneo sufrieron malos tratos durante la gestación, destaca el estudio.

El 54% de las entrevistadas presentaba importantes problemas de salud, sobre todo óseos, gastrointestinales, de hipertensión o cefaleas, y más de la mitad relacionó directamente esa mala salud con el maltratado.

"Este tipo de violencia -asegura Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas- es el más oculto e invisible, ya que a las dificultades que aún existen para hablar de la violencia vivida se suma el tabú propio de la sexualidad".