País Vasco
Salvar a López por J A Gundín
Lo más grave de la irrupción de Amaiur no es que ETA vuelva al Congreso por la Puerta de los Leones, a donde envía una hueste de siete trabucaires con ganas de borroca, sino que deslegitima el actual Parlamento Vasco y coloca a Patxi López a un centímetro del desahucio de Ajuria Enea. Paradojas de un lendakari con vocación irreprimible de hacerse el harakiri. Porque a ver cómo explica ahora la incongruencia de que los batasunos estén representados en Madrid pero no en el País Vasco. Como un país quebrado por haber falseado las cuentas, López necesita urgentemente el rescate y sólo Mariano Rajoy puede acudir en su auxilio renovando el crédito sin fondo de Basagoiti antes de que lo triture la tenaza PNV-Bildu. Urkullu ya exige elecciones anticipadas y desde la cárcel Otegi azuza a los suyos en la misma dirección hasta hacer que la presión sea insoportable. Entre los muchos sapos que Rajoy tendrá que tragarse, éste de auxiliar al lendakari socialista para que agote la legislatura será de los primeros. No parece que la sociedad vasca haya valorado en su justa medida el esfuerzo del PP, y también del PSOE, por defender los valores constitucionales de convivencia y libertad. Tampoco ha dado señales de que aprecie más el sacrificio de quienes han puesto los muertos, por encima de quienes colocaron las bombas. Lacerante recuento electoral y aviso de que el desembarco de Amaiur en Madrid nada tiene que ver con la democracia parlamentaria, sino con la negociación del armisticio que ETA pretende reeditar como un nuevo Abrazo de Vergara. El presidente popular tendrá que lidiar con esa caterva interpuesta la disolución de la banda y habrá de sufrir arcadas más de un día ante los desprecios en sede parlamentaria de la sangre derramada.
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