Un salvavidas para la generación perdida

Con una tasa de desempleo juvenil del 21% en la UE, y en algunos casos como el español de casi el 50%, el riesgo de una generación perdida está más presente que nunca en Europa. Ante la inactividad de unos estados embarrados en la disciplina fiscal, la Comisión Europea presentó ayer su plan de choque para recortar los elevados niveles de desempleo juvenil, que cuestan a las arcas públicas comunitarias 2.000 millones de euros a la semana.
La Comisión pone a disposición de los Veintisiete los 30.000 millones de euros sin gastar del Fondo Social Europeo, que lamenta que estén mal aprovechados en países como España. Y antes de esperar las ideas de las capitales, propone acciones quirúrgicas «que pueden traer resultados rápidos y ser la base para otros más a largo plazo», defendió el comisario de Empleo, Laszlo Andor. Entre ellas, se incluyen cuatro millones de euros para crear garantías en los estados miembros que aseguren que los jóvenes tengan un empleo, prácticas o estén en formación cuatro meses después de dejar los estudios; tres millones a la asistencia para que los jóvenes puedan empezar negocios o alcanzar en 2012 los 130.000 becados.
Andor volvió a subrayar el drama del desempleo juvenil en España, que atribuyó al «atractivo» que tuvieron el sol y el ladrillo para aquellos estudiantes que dejaron las aulas a cambio de dinero fácil. Y recordó el grave problema de los jóvenes españoles con los idiomas como principal razón para su escasa movilidad.