Hungría
El viento puede propagar los efectos tóxicos
Más de 150 personas han tenido que ser hospitalizadas por los efectos del lodo tóxico en la salud. Mucosas, pulmones y piel son las zonas más vulnerables a paceder irritaciones y alteraciones orgánicas tras una exposición prolongada
Muchas personas han sufrido quemaduras e irritación en los ojos provocadas por el plomo y otros elementos corrosivos presentes en el lodo. A su paso el vertido ha dejado cuatro muertos y más de 150 heridos han tenido que ser hospitalizados. El fuerte olor que despedía el fango causaba irritación de los ojos y la nariz, como cuentan algunos testigos a la agencia Efe, y se extendía ya por la aldea de Kolontár, la más afectada, que ha sido declarada área de emergencia por las autoridades húngaras.
«Los metales pesados tienen una gran toxicidad tanto aguda como crónica. Cada uno tiene su mecanismo de acción propio y sus acciones son diferentes. Por otra parte, el pH del lodo tan alcalino hace que sea muy corrosivo para piel, mucosas y aparato respiratorio. La exposición prolongada recrudecería todos estos efectos negativos, ya que son metales acumulativos», alerta María José González Muñoz del Departamento de Nutrición, Bromatología y Toxicología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Alcalá de Henares de Madrid.
Desde la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESM), en un comunicado oficial, se subraya que evitar el contacto con la piel es una prioridad, «dado que la composición de los lodo tiene una elevada cantidad de sustancias cáusticas». Ante la posibilidad de que el lodo contamine los pozos de agua potable, se ha previsto cortar el suministro a Drobeta Turnu Severin, la ciudad de 100.000 habitantes que es capital de esta provincia y que bebe del Danubio. En este sentido, «desde el punto de vista de las infraestructuras sanitarias se pueden ver afectadas por la contaminación las captaciones y suministros de agua potable, las depuradoras de aguas residuales y los ríos, en la medida en que éstos también sean captaciones de agua potable», explican desde la SESM.
Peligro de tumores
Por ello, la población en los aledaños del vertido y próxima al Danubio corre un gran riesgo, porque el lodo saturado de cadmio, arsénico, silicio, plomo, hierro y otros metales pesados, además de ser altamente corrosivo, es también cancerígeno si se inhala. «En funcion de la cantidad inhalada puede provocar desde irritacion leve, quemaduras de las vias respiratorias altas, neumonitis graves o edema agudo de pulmon. Puede provocar la muerte o dejar secuelas graves», explica Cristina Martínez, responsable del Área de Medio Ambiente, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. «Por otra parte al verter sosa se produce un cambio en la alcalinidad del río, de las aguas», añade Martínez.
Los expertos alertan de los peligros del momento en el que se seque el lodo, ya que puede contaminar el aire y las partículas pueden ser transportadas, por eso es urgente retirar el barro cuanto antes. «La acción del viento puede extender la contaminación (es decir, los aerosoles de partículas) a lugares más alejados de los afectados inicialmente», explica Antonio Hernández Jerez, Catedrático de Toxicología de la Universidad de Granada.
El enorme poder contaminante del fango ha causado ya la inseguridad de muchos de los damnificados, que se plantean no volver a sus viviendas. Por eso, quienes trabajan en las tareas de limpieza están protegidos con máscaras, aunque la lluvia que ha caído en la región tras el accidente ha disminuido el riesgo para la salud. «El aire también está envenenado. Es irritante al respirar», ha asegurado a Efe Gabor Figeczky, responsable de WWF en Hungría.
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