Sevilla
«Catastrazo» para tapar agujeros municipales
Con el objetivo de reducir la ingente deuda municipal, fruto de la pésima gestión del grueso de los ayuntamientos durante la última década, la presión fiscal sigue subiendo sobre los vecinos de varios municipios de la provincia
Para financiar los créditos por valor de 156 millones de euros que el Opaef ha avalado para que los ayuntamientos puedan financiarse, este organismo, dependiente de la Diputación, ha diseñado un plan que volverá a extraer fondos de las economías domésticas.
Los últimos 15 millones de euros en créditos que el Opaef ha concedido a los consistorios para pagar nóminas y gastos de personal se financiarán gracias al incremento de los tributos e impuestos que sufre el vecino. En la actual coyuntura, cualquier alza tributaria sólo sirve para pagar deuda.
La quejas ciudadanas por el alza del tipo que grava el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) urbanos ha subido espectacularmente en un gran número de municipios sevillanos. Quien se encarga de su recaudación es el Opaef. En este Organismo público, que interviene como avalista de los ayuntamientos para que se endeuden aún más y puedan afrontar sus costosos gastos de personal, se remiten a la Dirección General del Castastro para justificar el ‘subidón del impuesto' conocido popularmente como «contribución».
Tope legal
Los ayuntamientos juegan con un margen para variar este impuesto dentro de unos límites. Así que aplican distintos tipos impositivos. En una coyuntura de voracidad recaudatoria inversamente proporcional a la situación de los bolsillos de los ciudadanos, los ayuntamientos han encontrado en el incremento de los tipos una vía idónea para financiar sus depauperadas arcas.
Por norma general los municipios han incrementado el tipo del IBI urbano una media de dos puntos. Si antes se cobraba el 0,6% del valor del inmueble (sumando el valor catastral del suelo y el valor de los construido), ahora se aplica un 0,8%. Este margen, contemplado legalmente, permite recaudar más por lo mismo en ejercicios diferentes. Al fin y a la postre, es una cuestión de voluntad política o de necesidad financiera el ampliar o estrechar el tipo que grava el IBI. El Opaef se encarga de recaudar este impuesto que en 2010 servirá para financiar gran parte del dinero adelantado a los ayuntamientos en empréstitos para gastos corrientes y de personal.
Quejas y críticas
Muchas asociaciones vecinales, colectivos y partidos políticos han calificado esta subida del IBI urbano de «catastrazo». En el PP de Sevilla, por ejemplo, destacan que esta subida cobra especial relevancia en municipios gobernados por los socialistas. En La Algaba, la oficina comarcal del Opaef ha sido objeto de la ira ciudadana y los recursos de reposición se apilan en las mesas de los funcionarios.
Los recursos ante lo contencioso-administrativo no cesan, según los propios empleados públicos. Hay descontento entre los contribuyentes, quienes, por si fuera poco, han sufrido una revisión catastral, lo que ha disparado el IBI de 2010.
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