Ceuta

No hay conflictos

La Razón
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Han llegado todo sonrisas. Aunque en esta ocasión, las cámaras no las han retratado. El presidente, por primera vez, no ha dejado grabar el Consejo extraordinario de agosto, para que los bronceados ministros no lucieran al unísono las vacaciones que dijeron que no iban a tener. Relajados ellos, han necesitado fórceps para levantarse de la hamaca y recuperar la posición repantigada en la silla.
Ayer fue un gran día. Aparecieron sanos y salvos Moratinos, Corredor, Garmendia, Sebastián, Corbacho, González-Sinde... Una maravilla. Ninguno había sido atrapado en las inundaciones de Pakistán ni en las riadas de China.
Tras los saludos, felicitaciones de Zapatero, porque si los políticos son el tercer problema para los ciudadanos, la agostidad de los susodichos ha sido un bálsamo general.
Y sin más dilaciones, turno de intervención del presidente:
- Quiero comenzar por dar la razón al ministro de Exteriores porque, como muy bien has dicho, Curro, «no ha habido conflicto con Marruecos».
- Gracias, presidente. Desde el principio lo vi claro. Si no hay conflicto, ¿por qué había de interrumpir mis vacaciones, porque lo pedía el PP?
- Efectivamente, Curro. Y a todos los ministros os lo recuerdo: para que haya un conflicto, ¿qué tiene que pasar?
Varias manos levantaron su dedo índice al unísono.
- Esto es muy fácil, presidente –se atolondró Salgado–. Para que haya una crisis no sabemos, para aceptarla necesitamos dos años de barullo, como hicimos con la economía, presidente.
- Y esto de Marruecos –se apresuró a matizar Aído– apenas ha molestado quince días. Que si media docena de comunicados de queja, que si unos carteles denigrantes, que si «la disputa entre los dos países es por la soberanía de Ceuta y Melilla»...
- Muy bien dicho, Bibiana –interrumpió el presidente–. ¿Y qué? Vuelta a lo de siempre. Palabras, palabras, palabras... expresiones líquidas que en verano sirven para refrescar el ambiente.
- De refrescar nada, José Luis –terció Blanco–. El ambiente lo ha vuelto a incendiar el PP. Todos a Melilla, y ahora parece que va a ir Rajoy.
- No me j..., Pepe
- Como lo oyes, presidente
- Pues organiza algo para mí. Tengo que ir antes.
- Tu no puedes, José Luis, porque no ha habido conflicto.
- Y entonces ¿qué hacemos?
- Muy sencillo, José Luis. Aprobamos la prórroga de 426 euros a los parados y a gobernar. ¿Qué es gobernar, si no? La acción de hacer desaparecer los conflictos.
- Pues toma nota, Corbacho –replicó el presidente–. Sólo un necio acepta ser renombrado como el ministro del paro. No hay conflictos, no hay crisis, no hay paro. Anda, sal y da la rueda de prensa del Consejo, que a Teresa, como nunca había tomado vacaciones, este año la holganza la ha dejado exhausta. Se levanta la sesión.
El presidente sale respirando ufano:
- Qué buena imagen damos; en agosto, el Gobierno trabajando. Qué maravilla.