Sevilla

Ganó con diez

La Razón
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Con diez por expulsión del portugués Carvalho y con el publico excitado porque el árbitro no pitó un penalti a Granero, el Real Madrid volvió a la épica y Di María logró el triunfo. El partido, feo, con doce tarjetas amarillas, más la expulsión final de Dabo, y escaso fútbol, acabó de manera emotiva. El Sevilla, sin Navas, Kanouté y Perotti, alineó ocho jugadores cuya misión fundamental es defender. El Madrid sin Xabi Alonso, el único que en el centro del campo tiene alguna idea distinta a la de amarrar, no tuvo quien dirigiera. Mourinho, quien asoma la oreja de vez en cuando para defender la ventaja en el marcador, esta vez se decidió por Khedira y Lass con lo que puso en juego seis hombres sin que entre ellos hubiera un creador de juego.

Con el Sevilla muy bien plantado, más pendiente de destruir el fútbol que de crearlo, dedicado a jugar con gran solidaridad, ya que no fue extraño ver a Negredo defendiendo, logró aguantar el tipo durante más de medio partido.

Solamente en algún contragolpe puso en aprietos a Casillas. En la más clara ocasión de la noche el delantero ex madridista mandó el balón a la grada del Bernabéu. Palop solamente tuvo que detener dos disparos lejanos. En el tanto de Di María, el guardameta sevillista perdió el mano a mano con el argentino.

El juego no fue brillante y en los banquillos se vivió la tensión. Ya en el descanso, camino del túnel de vestuarios, un energúmeno ayudante de Mourinho, el preparador de porteros, Silvino de Almeida Louro, tiró por los suelos al propio delegado de campo madridista, Agustín Herrerín, cuando éste, junto a muchos otros, cerraban el círculo de la ira desmesurada del tal Louro. Bochornoso.