La cabeza y el Estado por Jose Maria Fuster Fabra

Manuel Fraga Iribarne ha sido un personaje clave en la historia reciente de España, eso no lo duda nadie y las páginas de éste mismo diario son vivo ejemplo de ello.

De él se dice que le cabía el Estado en la cabeza y cuentan que batió todos los récords de sacar el número uno en diferentes oposiciones. De él todos recordamos un verbo brillante en el que mezclaba España con garbanzos ofreciendo soluciones concretas a problemas específicos. Fraga fue siempre por libre y eso es lo que más me admira del personaje, a veces un incordio para los suyos, con actuaciones polémicas como la presentación del libro de Carrillo o la reunión con Fidel Castro.

En estos tiempos en los que ha abundado la mediocridad política, la figura de Fraga se hacía todavía más reconocible. Su dialéctica podía medirse con la capacidad indudable de Felipe González o con la habilidad de Adolfo Suarez, incluso con la historia vivida de Carrillo, pero se me antoja que hubiera sido imposible un debate suyo con alguien como Zapatero, donde el exceso de ideas hubiera chocado con la carencia de las mismas.

Hubo un tiempo en el que los españoles no supimos valorar a los políticos que teníamos, no es que cualquier tiempo pasado fue mejor, sino sencillamente que figuras como Fraga parecen ya irrepetibles aunque sea en traje de baño en la playa de Palomares.

Descanse en paz un hombre que toda su vida no hizo otra cosa que trabajar por algo que muchos sentimos aunque de diferentes maneras y que se llama España.