Disturbios

«Los anarquistas son unos locos pero las protestas son justísimas»

La Razón
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Atenas- Kristos trabaja para el Estado griego, por lo que los recortes aprobados ayer en el Parlamento le dejarán a final de año con 2.000 euros menos en el bolsillo. Se trata de un bocado grande a su salario de 1.200 euros mensuales, pero este ateniense de 27 años no puede protestar contra el Gobierno como otros funcionarios. A él le corresponde estar al otro lado, defendiendo al Estado y llevándose las pedradas de los manifestantes. Kristos es policía y aunque está harto de los políticos de su país y de las condiciones precarias en que debe desarrollar su trabajo, estos días le toca tragar. Hace horas extras que nunca le pagarán y cuando responde a los golpes de los antisistema, dice sentir un sentimiento extraño. «Los anarquistas son unos locos agresivos, pero las protestas contra los políticos son justísimas. Llevan 30 años robando a los trabajadores, que somos los que al final pagamos siempre», cuenta, negándose a que le hagan fotografías por miedo a las represalias de los radicales. «La de un compañero acabó en una página anarquista y, cuando tiempo después acudió a un concierto, fue reconocido por los antisistema, que le dieron una paliza. Lleva dos años sin poder andar bien». Este odio a los miembros de las fuerzas de seguridad, intrínseco entre los izquierdistas, se exacerbó con la muerte de un joven debido al tiro de un policía en diciembre de 2008. Los próximos años serán difíciles para Kristos y la mayoría de los griegos. «Nos están borrando el futuro. Ahora ya me tengo que pagar de mi bolsillo la pistola, el chaleco antibalas y el uniforme, pero con los recortes, la situación empeorará todavía más».