Bruselas

La otra final de España e Italia por Julián REDONDO

La Razón
La RazónLa Razón

Sube el euro, bajan la prima de riesgo y el interés del bono a diez años, la Bolsa se dispara y para España e Italia es viernes de gloria. Y de vigilia deportiva. Sólo 48 horas después del paso al frente que dio Europa, sin que, a priori, tuviera algo que ver la flexibilización de la postura alemana con la cura de humildad que recibieron los chicos de Merkel, empezaba otro partido en otro escenario neutral, Kiev. Bruselas insufló oxígeno en los delicados pulmones de estas dos naciones hermanas, afectadas por una EPOF (enfermedad pulmonar obstructiva financiera) severa, y los mercados se relajaron. En proporción inversa, la tensión deportiva se disparó entre ellos, desde el Atlántico hasta el Adriático, y del favorcito de «La Roja» a la «Azurra», en aquel partido con Croacia, no quedan ni las cenizas. Mañana, estos dos países, aún con el agua al cuello, dirimen otra batalla que bien podría ser una guerra porque en el trofeo de la Eurocopa sólo hay espacio para el nombre del vencedor. Italia ha empezado a creer en sus posibilidades. De la mano de Cesare Prandelli, inspirado en el libreto español, ha descubierto que más allá del cerrojazo hay fútbol, y que con el balón en los pies y más Pirlos que Gattusos se puede ganar un campeonato. Si no fuera por esas ojeras de Xavi, de Silva, el cierre del círculo mágico, la consecución de la triple corona, sería un hecho consumado. Pero, fatiga al margen –recuperación constatada en la prórroga contra Portugal–, quien de verdad tiene un problema es Italia.