De luchas y peleas

El carácter agresivo del socialismo emerge con particular claridad cuando teme perder su razón de ser: el poder. Ahora aborda una triple estrategia de propaganda emocional, típica del antiliberalismo: presentarse como víctima por lo mal que es tratado por gente injusta, cruel y apocalíptica; atemorizar a la población ante el peligro que corre si vota a otro partido; e invitar a los suyos a la lucha. Me ocuparé hoy sólo de esta última. La «lucha» es típico estandarte de los progresistas que prefieren no recordar el título del libro de Hitler, y que transmite el mensaje totalitario conforme al cual las luchas o conquistas son necesariamente sociales y se logran a través de la violación de derechos y libertades (especialmente de personas indeseables, claro está) mediante la coacción política y legislativa. El lema electoral del PSOE es «pelea por lo que quieres». Es revelador el cambio de «lucha», que puede tener una acepción individual (verbigracia, luchar contra nuestros defectos o nuestra ignorancia) por «pelea», que nítidamente es contra otros y no contra nuestras propias dificultades o debilidades. Uno puede querer esforzarse por mejorar su propia condición y la de su familia, pero ese empeño jamás es caro a los colectivistas. Aquí el lema es pelear, obviamente contra la pérfida y amenazadora derecha. Y pelear por lo que queremos, y obviamente queremos el socialismo, porque no podemos querer otra cosa o no seríamos progresistas.