El hijo guerrillero del guitarrista de Pink Floyd

LONDRES- La violenta manifestación de universitarios británicos sigue coleando. Miles de instantáneas inmortalizaron los momentos más tensos de la jornada y, ahora que salen a la luz, algunos de los protagonistas se echan las manos a la cabeza viendo lo que fueron capaces de hacer: orinar sobre la estatua de Winstor Churchill, romper a ladrillazos las ventanas del Ministerio del Tesoro… Lo peor es que no es lo mismo ser un vándalo anónimo que ser el hijastro de David Gilmour, el guitarrista de Pink Floyd, una de los estrellas de rock más importantes de Reino Unido.
Charlie Gilmour no sabía dónde meterse cuando ayer el diario «The Times» le mostró en portada colgado de la bandera de Cenotafio de Whitehall, uno de los monumentos de guerra más emblemáticos del país. Estudiante de Cambridge, modelo en sus ratos libres y «niño bien», al joven Gilmour la imagen no le deja especialmente en buen lugar. El chico dijo sentirse muy arrepentido y aseguró que quería «ser tragado por la faz de la tierra». «El Cenotafio conmemora a gente que murió para proteger las mismas libertades que permiten el derecho a manifestarse y me siento profundamente avergonzado de haber, aunque involuntariamente, insultado su memoria», dijo al rotativo. Pero el asunto no se queda sólo en eso, ya que otros documentos gráficos le muestran también al lado del coche oficial del príncipe Carlos y Camilla cuando fue atacado por los manifestantes.

Error embarazoso
Y hay más. El periódico reproduce también un mensaje de voz que el estudiante dejó a uno de sus periodistas pensando que estaba llamando a un amigo. Su discurso inconexo no deja ninguna duda de que se encontraba bajo los efectos de estupefacientes: «Las drogas son el problema –dice en la grabación–, yo hubiera sido una fuerza mucho más poderosa si no hubiera estado bajo el efecto de esto… Pero tal vez ser una fuerza más poderosa es una mala idea viendo lo que hago sin ser una fuerza poderosa».
El joven no negó que hubiera tomado este tipo de sustancias durante la manifestación, pero matizó que lo que había escuchado el periodista en su buzón de voz era «una pieza de teatro» en la que estaba trabajando.
Scotland Yard ha abierto una investigación para analizar todos los incidentes de la polémica jornada. Consciente que los recortes del Gobierno llevarán a más manifestaciones violentas en los próximos meses, la Policía estudia tomar medidas más drásticas para controlar a los protestantes, como utilizar cañones de agua. Y es que las manifestaciones estudiantiles en contra de la subida de tasas están poniendo a prueba la estrategia de las fuerzas del orden, cuyos errores de seguridad más graves se han destapado a la luz de los últimos acontecimientos.