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Jesús Márquez: «Mi ilusión se come cualquier presión»

Tras seis meses de larga convalecencia, mañana no será un día más para Jesús Márquez. El banderillero andaluz, que sufrió una de las cornadas más fuertes de la pasada temporada en Sevilla, se viste de nuevo de luces para trenzar el paseíllo en Madrid a las órdenes del joven novillero toledano Raúl Rivera.

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Esta misma tarde se ha probado en un festival en Higueras de la Sierra. ¿Cómo se ha encontrado?

-Bien, perfecto. La pierna está respondiendo fenomenal y no tengo molestias. El injerto ha respondido de maravilla, aunque aún no haya dilatado al cien por cien. Pero, después de todo lo que he padecido estos meses, las impresiones son inmejorables. Me he vuelto a sentir torero, aunque no haya ceñido el traje de luces. Ahora sólo queda el pequeño "trámite"de mañana (bromea).

-El camino ha sido muy largo.

-Cada día me he levantado con la cabeza centrada en el regreso y al fin ha llegado ese día. Vuelvo con todas las de la ley y espero estar exactamente igual que antes de la cornada. En enero, empecé a prepararme con los entrenamientos y desde hace un mes ya he podido estar nuevamente en la cara del toro a puerta cerrada. Estoy listo y muy mentalizado.

-De La Maestranza a Las Ventas. Cayó herido en una plaza de tronío, pero regresa en otra de idéntico prestigio.

-Son dos plazas especiales. Ya que vino esa cogida tan dura, al menos, fue en un lugar de consideración. Ahora la vuelta también ha coincidido que es otro coso de mucha importancia y me hace muy feliz. Voy con un novillero poco visto y creo que puede sorprender, espero ayudarlo y que ambos completemos una buena tarde.

-Se le ve cargado de moral.

-Es para estarlo. Busco sentirme vivo y esa energía sólo la saboreo delante del toro. Estoy ilusionado con el paseíllo de mañana, tengo toda la mente puesta en disfrutarlo todo, desde el mismo momento de vestirme de luces en el hotel. Da lo mismo que sea un compromiso tan gordo como la primera plaza del mundo, porque creo quemi ilusión se come por completo la presión añadida que pudiera haber.

-¿Temió en algún momento desde el percance no poder hacer más paseíllos?

-Claro, al principio, se me pasó por la cabeza. Es inevitable pensar en ese tipo de cosas. Luego, tal y como ha ido evolucionando la pierna, los ánimos suben y vas viendo que cada vez está más cerca el momento que tanto deseas. Cualquiera que se pone delante de un toro sabe desde el primer momento que las cornadas y las lesiones pueden llegar. Soy fuerte de mente y no pienso en otra cosa que no sea seguir toreando.