Nueva York

Amanda Hearst: la sorpresa de la boda del año

Junto a los novios y la madrina, la nieta del multimillonario será hoy la estrella de la boda del duque de Feria. La actual pareja de Luis Medina se encontrará, además, con la ex de éste: Alejandra de Rojas

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Costó buscar la fecha, fue complicado dar con el lugar y ha sido todo un trabajo de artesanía cerrar la lista de invitados. Sin embargo, todo estará listo para que hoy, a la una de la tarde, Rafael Medina, duque de Feria, y la bilbaína Laura Vecino se conviertan en marido y mujer. Y aunque los objetivos de la exclusiva estarán puestos en la pareja, con permiso de Nati Abascal –la madrina perfecta–, también habrá cámaras listas para captar los movimientos de los más de 700 invitados previstos al enlace. Pero es una norteamericana la que despierta más expectación desde hace unos días: Amanda Hearst, de 26 años.El hijo menor de la musa de Valentino, Luis Medina, de 29, ha vuelto a encontrar el amor con la bisnieta de William R. Hearst, el magnate de la prensa estadounidense cuya vida inspiró a Orson Welles en «Ciudadano Kane». No ha tenido mal ojo. ¿El caché de la rubia? Junto a Ivanka Trump y Tamara Ecclestone, forma parte de ese exclusivo grupo de jóvenes y guapas herederas que consiguen dejar a todos con la boca abierta.

La revista «Forbes» le ha otorgado la séptima posición en la lista de herederos del planeta con más dinero por recibir, teniendo en cuenta que la fortuna de su abuelo supera los 5.600 millones de euros. De risa nerviosa, baja estatura y enorme timidez, cuentan los que la conocen que es una persona sencilla que no alardea de su estatus. Y eso que podría. Imagínense: sólo su residencia de verano, el castillo de San Simeon, ubicado en California, cuenta con más de 1.000 kilómetros cuadrados de terreno. Aunque ella lo ha desmentido en más de una ocasión, «Forbes» también calculó que su factura anual de gastos –que incluye los de ropa, el maquillaje y las vacaciones– supera los 97.600 euros.


Alejada de Paris Hilton
En este sentido, sólo tiene una obsesión: no soporta que la comparen con Paris Hilton, también afortunada, pero menos discreta. Aun así, ha trascendido que en su expediente amoroso destacan, entre otros, Alejandro Santo Domingo, hijo de uno de los hombres más ricos de Colombia, y Winston Lapham, hijo del editor de «Harper's» Lewis Lapham.

Los padres de Amanda, Anne Hearst y Richard McChesney, se separaron antes de que ella naciera y siempre ha estado muy ligada a su padrastro, el novelista Jay McInerney. Estudió hasta 2002 en el Choate Rosemary Hall, un internado en Wallingford (Connecticut). Más tarde estudió en el Boston College. Su paso por la universidad, sin embargo, se demoró más de lo esperado. Y es que, cuando apenas llevaba un curso, decidió darse un año sabático para dedicarse a su carrera como modelo. No le fue mal. Apareció en la portada de «Cosmopolitan» y en campañas publicitarias para Ralph Lauren y Brunschwig&Fils. En su vuelta a los estudios, consiguió licenciarse en Historia del Arte en Fordham, a la vez que compaginaba sus trabajos como «top». Fue el fichaje estrella de la firma Lilly Pulitzer y se hizo con el título de «embajadora mundial» de Tommy Hilfiger.


Emprendedora
Muy femenina y emprendedora, es una enamorada de la naturaleza y una tremenda «fashionista»: fiel a los clásicos, habitual de los desfiles de Carolina Herrera y admiradora del estilo Audrey Hepburn. Es una de las pasiones que la unen a Luis Medina. Se conocieron hace tiempo, ya que comparten el mismo círculo de amigos, pero no fue hasta este verano cuando surgió el flechazo. Todo apunta a que el pistoletazo de salida fue en la fiesta que organizaron en Tagomago (Ibiza) Matthias Kuhn y Norma Duval a principios de verano. Sea como sea, a partir de entonces se ha visto a la pareja sin esconderse. Pero hasta la fecha no se había oficializado.

Así pues, el enlace del año será la puesta de la largo de este nuevo noviazgo. Y es que, a
pesar de que el pasado jueves llegaron juntos a bordo del todoterreno de Luis a la despedida de solteros que acogió la discoteca Gabana 1800, la nube de fotógrafos y reporteros precipitó la huida al interior del local de Amanda, mientras su novio posaba en el correspondiente «photocall». La carrera impidió, incluso, contemplar su minivestido rosa en degradé escondido bajo una sobrecamisa vaquera. Una reacción un tanto extraña, sobre todo teniendo en cuenta que, al igual que los Medina, está más que acostumbrada a que los «paparazzi» la persigan desde su niñez y la inviten a posar en los actos de la «high society» neoyorquina, donde tiene su residencia habitual.

Quizá se escondió porque sabía que en la fiesta organizada por el Duque de Feria sirvió para que se presentaran en sociedad otras dos parejas: la de la miss María José Suárez con el geólogo austriaco Sebastian, y Amaia Salamanca con el sevillano Rosauro Varo.


Cierta amistad
Esta presentación en sociedad tiene un aliciente más. Amanda se topará de frente en algún momento con Alejandra Rojas, la ex novia de Luis y con la que la norteamericana compartía cierta amistad, al menos, hasta que se supo de la incipiente relación. ¿Accederán una y otra a aparecer juntas en alguna fotografía? ¿Se saludarán cuando se crucen al salir de la ceremonia religiosa, o se repetirá alguna de las tensas escenas que, dicen, se vivieron en un aseo durante la reciente boda de Lolita entre dos invitadas enamoradas de un mismo hombre?

Lo cierto es que Alejandra, hija de la Condesa de Montarco, no ha dudado en confirmar su asistencia, aunque muchos pensaban que no iría para evitar encontrarse con la pareja. Acudirá acallando así los rumores de viejas rencillas entre ellos. Según ha confirmado LA RAZÓN, existe una fuerte amistad, mucho respeto y un pacto verbal ente los dos que implicaría no hablar en ningún medio acerca de lo que les une o les deja de unir. Lo cierto es que rompieron en el otoño de 2008 después de cinco años de relación.

Además, la española guarda otro as en la manga. Se presentará en la boda de la mano de su nuevo novio, el inglés George Scott, con quien sale desde hace meses y con el que parece compartir una unión sólida. Así pues, todos juntos pero no revueltos en la que ya se ha convertido en la boda del año.


Las claves del enlace del Duque de feria
- ¿Quién es él? Rafael Medina nació el 25 de septiembre de 1978, primogénito de la modelo Nati Abascal y del fallecido Rafael Medina, perteneciente a Los Medinaceli, descendientes directos del rey Alfonso X el Sabio. Desde 2002 es Duque de Feria y Marqués de Villalba, un Grande de España. Pertenece a una de las casas ducales españolas, los Medinaceli. Estudió finanzas durante diez años en Washington y Nueva York. Trabajó en el banco Credit Suisse y actualmente es el propietario de «Scalpers». una firma de moda masculina , en plena expansión.

- ¿Quién es ella? Laura Vecino pertenece a una de las familias más importantes de la sociedad bilbaína. Actualmente trabaja para Mango.

- ¿Dónde? Aunque en un primer momento los contrayentes querían celebrar en Sevilla su enlace, tuvieron que modificar los planes iniciales. Descartaron la catedral de la capital hispalense por no encontrar hora u fechas adecuados y tuvieron que rechazar también la iglesia del Salvador por falta de espciao. Finalmente contraeránmatrimonio en el Hospital Tavera de Toledo. El espacio pertenece a la fundación que posee el ducado de Medinaceli. Además, en el panteón descansan los restos mortales del padre del novio, el anterior Duque de Feria.

- ¿Cuántos invitados? A los propios novios les ha costado cerrar el número final, aunque podrían superar los 700. En la invitación se exige que los hombres acudan con chaqué al enlace.

- ¿A qué hora?  La ceremonia religiosa está previsto que comience en torno a la una de la tarde. Después tendrá lugar un ágape, previo al banquete nupcial.

- ¿El vestido de la madrina? Cómo será el diseño que habrá escogido Nati Abascal es una de las grandes incógnitas de la jornada, incluso superior al modelo de la novia. La quiniela se centra en dos nombre: Valentino, que asistirá a la boda, y Oscar de la Renta, que ha declinado la invitación por estar enfermo.