Memoria Histórica

Barcelona
MADRID- En su voz se declina en cierto hartazgo. Desde que decidió darse un respiro de dos años para diseñar y y levantar en 2014 El Bulli Foundation, la mayor institución gastronómica sin ánimo de lucro, algunas demandas no dejan tranquilo a Ferran Adrià. «Estas historias te obligan a ser la persona más ética del mundo», ha afirmado en más de una ocasión. Sabe que es un chef mediático y que debe enfrentarse a ciertos malos tragos, entre ellos la demanda interpuesta por los hijos de Miquel Horta Almaraz, quienes le han llevado a juicio junto a Juli Soler.
Nada nuevo
El mecenas se convirtió en el tercer socio del que ha sido durante años el mejor restaurante del mundo desde los años noventa hasta 2005. Jofre y Sergi Horta les acusan de haber comprado este último año las acciones de su padre por un precio que consideran muy inferior a su valor. Adrià no quiere hablar sobre el tema, es muy respetuoso con la Justicia: «Es la quinta vez que aparece la noticia en los medios y no hay nada nuevo, por eso no puedo decir nada. Es un tema antiguo, de 2008. Cuando se celebre el juicio veremos quién tiene la razón», ha asegurado Ferran a LA RAZÓN. Según fuentes judiciales, el juicio tendrá lugar los días 29, 30 y 31 de octubre durante una vista previa celebrada en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Barcelona. Los Horta decidieron emprender acciones legales porque, entendían que su padre fue engañado, ya que tanto Adrià como Soler, según su versión, le ocultaron los beneficios y las actividades paralelas a través de sociedades interpuestas de restauración. Ahora buscan la nulidad de la compraventa al estimar que su progenitor no tenía entonces capacidad legal, ya que padece un trastorno psiquiátrico.
Memoria Histórica