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El asesino múltiple de Olot pide perdón a las familias de las cuatro víctimas

El asesino múltiple de Olot, Pere Puig, ha pedido perdón a las familias y a los hijos de las cuatro personas a las que mató hace este jueves un año en un bar de La Canya y en la oficina de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) de Olot, en su último turno de palabra.

"Siento mucho lo que ha pasado. Me sabe mal por las familias y pido perdón a las familias y a sus hijos por todo lo que ha pasado", ha expresado el acusado de los cuatro asesinatos en la última sesión del juicio celebrada este jueves en la Audiencia de Gerona.

Este jueves por la tarde, los miembros del jurado reciben el objeto de veredicto y empiezan a deliberar después de escuchar al fiscal, a las acusaciones particulares y a la abogada de la defensa en sus conclusiones e informes.

La defensa, representada por la letrada Núria Masó, ha admitido este jueves los cuatro crímenes cometidos por su cliente en un bar y en una oficina bancaria el 15 de diciembre de 2010, aunque hasta ahora pedía su absolución.

Durante la presentación de las conclusiones, la defensa, pese a admitir los crímenes, ha pedido para su cliente el atenuante de confesión y eximente incompleta por anomalía o alteración psíquica.

Por ello, ha pedido siete años y medio de cárcel por cada asesinato -30 en total-, en cuanto a la indemnización ha alegado que Puig es insolvente, mientras que la Fiscalía ha mantenido su petición de 20 años por cada asesinato; una petición de pena que también han sostenido las dos acusaciones particulares representadas por los abogados Carles Monguilod y scar Morales.

Después de expresar sus conclusiones, todas las partes han justificado por qué creen que Puig es culpable de los cuatro crímenes, si las víctimas pudieron defenderse, con qué intención disparó y si sufría una enfermedad mental.

El fiscal, Víctor Pillado, ha definido los hechos de despreciables, deleznables y crueles: "Acabar con la vida de una persona sin permitir que se defienda es un acto despreciable porqué no solo supone quitar la vida de una persona si no además quitársela sin permitirle que pueda hacer nada por salvarla; pero matar a cuatro personas, queriendo matar seis, no pudiendo matar a dos de ellas porqué ese día coloquialmente les vino dios a ver porqué uno se fue a cazar y otro al médico, y matar a esas cuatro personas sin posibilidad de defenderse no solo es deleznable y despreciable, si no propio de un señor cruel y una mala persona que no tiene respeto alguno por la vida de los demás".

"No permitió el acusado en ningún momento defenderse a cuatro personas que esa mañana estaban desayunando o trabajando, haciendo algo de la vida normal, por el simple hecho de que le da la gana porqué él es más que todo el mundo y decide cuando se acaba la vida de las personas, los ajusticia y los mata; eso es despreciable, deleznable y propio de un acto cruel, sin más", ha continuado el fiscal.

Para Pillado y las dos acusaciones está claro que Puig fue el autor de los asesinatos ya que él mismo lo confesó y hay testigos y filmaciones que así lo demuestran; también que las víctimas no pudieron defenderse porqué los disparos se produjeron en segundos; y que disparó con la clara intención de matarles porqué apuntó al pecho y apretó el gatillo del rifle.

A la pregunta de si el procesado sufre o no una enfermedad mental o trastorno de la personal el ministerio público y las acusaciones han afirmado que no; "quería matar, sabía que mataba y mató", ha expuesto Pillado.

En su opinión, Puig tampoco colaboró -tal y como afirma la defensa- si no que no tuvo más remedio que "comerse"lo que hizo y asumir lo que venía encima, por eso, no merece ninguna rebaja de la condena.

La letrada defensora, por su parte, ha explicado a los miembros del jurado popular porqué considera que tiene que aplicársele al acusado el atenuante de confesión y eximente incompleta por anomalía o alteración psíquica.

"Hubo entrega voluntaria, ya que contó lo que había hecho antes de conocer que había un proceso contra él", ha asegurado Masó, insistiendo en qué Puig hizo el primer paso imprescindible para la detención y la confesión y además colaboró, respondió a todas las preguntas y no opuso resistencia en ningún momento.

También ha contado, emocionada, que su trastorno es "palpable", por su comportamiento excéntrico, delirante y obsesivo; incluso ha leído un artículo en el que algunos compañeros de caza del procesado explicaban que era un cazador "con poca suerte y menos puntería".

Finalmente Masó ha recordado a los miembros del jurado que en caso de duda tiene que beneficiarse el acusado.