Mercado hipotecario
Rioja alavesa por Andrés Sánchez Magro
Me confieso devoto de los vinos de La Rioja alavesa. El viñedo más espectacular de la península se combina con la pasión elaboradora como la de Amador «Don Medrano». Su Luis Medrano 2008 tiene toda la dulzura y elagancia de un tempranillo.
Su creación empieza en la tina grande francesa, donde se fermenta, y en la buena barrica bordelesa. Este vino sorprendente es glicérico nada más mover la copa. Sus aromas son frutales sin llegar a la compota marcando muy bien la frescura de la vendimia; tiene tonos de regaliz típicos de La Rioja alavesa y una mineralidad característia de ese terruño yodado. La madera está muy bien integrada. Es un vino, que como todos esos ejemplares que se están facturando en ese privilegiado entorno enológico, juega a favor de la uva. Además, tiene una complejidad inteligente. Y, en boca, es una sinfonía de sabores desde su entrada hasta el retrogusto. La pasión por el viñedo de estos bodegueros, padre e hijo, se expresa con letra clara en un tinto que, con el paso de los años, se instalará en la parte noble del escalafón de nuestro planetavino. Tinto seductor, intenso y lleno de anticipos de una gran casa bodeguera.
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