Policía

«Carmen había decidido dejar de patrullar»

La agente asesinada en Usera dijo a su superior que tras las vacaciones solicitaría la segunda actividad. Recibió un disparo por la espalda cuando acudía a ayudar a su compañero que ya ha sido operado

Decenas de compañeros acudieron a la salida de la capilla ardiente y a Cadalso de los Vídrios, donde fue enterrada
Decenas de compañeros acudieron a la salida de la capilla ardiente y a Cadalso de los Vídrios, donde fue enterradalarazon

MADRID- «Vienes a decirme que mi compañera ha muerto, ¿verdad?», le dijo Santiago Lozano a la psicóloga que acudió a verle tras ser operado del balazo en el hombro que recibió el pasado martes, cuando dos delincuentes, que acababan de atracar una oficina de Correos y a los que habían interceptado en la calle Eduardo Barreiros del distrito de Usera, les tirotearon a sangre fría. Tras recibir el disparo estaba desorientado, pero sí pudo ver cómo los criminales iban a por su compañera, Carmen Muñoz, que intentaba protegerle.

«No les dio tiempo a reaccionar, iba a pedirles la documentación cuando le dispararon en el hombro. Carmen, estaba informando por la emisora y al oír el tiro salió a ayudarle y probablemente le salvó la vida. Los atracadores iban a darle el tiro de gracia pero al verla le dispararon a ella. Fue un tiro por la espalda, tenía el pecho, por donde salió la bala, destrozado», recordaba ayer Antonio Beltrán, cabo de la Unidad de Distrito de Usera, que llegó apenas un minuto después del tiroteo e intentó parar la hemorragia de su compañera con la camiseta mientras le practicaba la reanimación cardiopulmonar. «Sólo cuatro horas antes la había invitado a un café y me dijo que iba a dejar la calle, quería dejar de patrullar», añadió.
Como todos sus compañeros de la Policía Municipal en Usera y casi todos los que habían conocido a Carmen en las distintas unidades en las que trabajó, Antonio está destrozado. «Ayer mismo, en el café que nos tomábamos todas las mañanas me preguntó si la invitaba y le dije "¿cómo no voy a invitar a mi mejor policía?"–relataba– y mientras desayunábamos me comentó que había tomado la decisión de pedir la segunda actividad cuando volviese de vacaciones».
Según explicó el sargento Antonio Otero, su superior en la Oficina de Policía Municipal de Usera, cuando cumplió 55 años Carmen preparó toda la documentación para, en cualquier momento, dejar la patrulla de calle y ocuparse de labores administrativas o de vigilancia de edificios oficiales. «Tenía el papel hecho, pero ella quería estar en la calle», señaló Otero. Sin embargo, según afirmó el cabo Beltrán, los años y el desencanto habían hecho mella en ella y había tomado finalmente la decisión de retirarse a un trabajo más tranquilo y disfrutar al máximo de su nieta, de unos 12 años, a la que adoraba. Además, apenas le quedaban unos días para irse de vacaciones.

El aprecio que despertaba se pudo ver ayer entre las decenas de policías municipales que acudieron a Cadalso de los Vidrios, donde vivía y fue enterrada. «La llamábamos la yaya, de lo mucho que hablaba de su nieta. La verdad es que era una mujer que se hacía querer. Era una revolucionaria, dicharachera y siempre positiva», contaba el sargento Otero. También la querían en el barrio, en la Junta Municipal, donde solía acudir a entregar citaciones e, incluso, los vendedores del mercadillo preguntaron ayer en el 12 de Octubre si era Carmen la policía que había fallecido. «La conocía desde 1975 y ha sido una de las mejores compañeras y amigas de las que he disfrutado», recordaba el agente retirado Miguel Ángel Portillo.
Sin tiempo para coger el chaleco

Todos coinciden en que el fallo que condujo a la muerte a Carmen fue la improvisación. «Cuando acudes a un aviso de la emisora ya te advierten de la situación, pero si atiendes a un ciudadano en la calle no sabes a qué te enfrentas, pero tampoco puedes dejar de asistir», comentaba el sargento Otero que, de hecho, cree que no cogieron los chalecos antibalas que había en el coche patrulla porque «pensaban que no había armas de fuego de por medio». El cabo Beltrán también destaca la sangre fría de los delincuentes. «Debieron de ocultar el arma porque dispararon a Santiago a menos de un metro de distancia y a Carmen dos veces, aunque un tiro se les fue al espejo retrovisor. Y aún se pararon a coger el arma del compañero», comentó. Tan cerca fue el disparo que los médicos están preocupados por que no se infecte la quemadura que tiene Santiago alrededor de la herida.

 

En busca y captura
La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, confirmó ayer que el francés David Fernández Rodríguez, de 42 años y propietario de la furgoneta en la que huían los dos delincuentes de su atraco a la oficina de Correos de Usera, ha sido identificado como uno de los presuntos agresores de la pareja de policías que les interceptaron. Cifuentes detalló que Fernández, nacido en la localidad francesa de Nancy, es un viejo conocido de la Policía y tiene 14 antecedentes, la mayoría por robo con violencia. Asimismo, señaló que la investigación del suceso está avanzada pero todavía no está clara del todo la identidad del segundo delincuente. Ambos están en busca y captura; también se trata de localizar la Citroën Berlingo de color gris, matrícula 0160 FKB, de la que es propietario David Fernández y en la que huyeron los criminales tras disparar a los agentes.
 

 

Una placa para recordarla
La Comunidad de Madrid otorgará a Carmen Muñoz la Medalla al Mérito Ciudadano a título póstumo, que se sumará a la de plata al Mérito Policial y la condecoración del Cuerpo de Policía Municipal que impusieron ayer el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, respectivamente. Además, sus compañeros en Usera quieren poner una placa en su honor en la Unidad de Policía Municipal del Distrito.