Sevilla

La Duquesa de Alba arremete contra Mar Flores por Jesús MARIÑAS

Mar Flores junto a Cayetano Martínez de Irujo, en 2004
Mar Flores junto a Cayetano Martínez de Irujo, en 2004larazon

Suma y sigue. La Duquesa habla a calzón quitado y por primera vez se despacha a gusto, claro y sin redes en esta esperada autobiografía, «Yo, Cayetana», que sabe a poco. Tampoco se queda corta con sus hijos y reconoce públicamente que lo de Eugenia y Francisco Rivera –al que aún considera su yerno y casi otro hijo– falló por culpa de terceras personas. Tantos años después de aquella relación, ella no desespera y confía en que vuelvan a estar juntos, porque la esperanza es lo último que se pierde. Pero la Duquesa de Montoro sigue inflexible y no perdona que el torerito la compartiera con otra mujer mucho mayor que ella –y también más fea– durante la friolera de seis años. Una relación extramatrimonial en la que los adúlteros se veían en un hotel familiar frente a la Giralda, vecino al palacete de la marquesa de Saltillo. Eugenia fue la última en saberlo, lo de siempre, quizá como le ha ocurrido al culé Puyol con Malena Costa, con la que ha roto después de un jaleado año como pareja aparentemente perfecta. Me aseguran íntimos del futbolista que ella le pidió un último regalo como despedida: pudieron ser 60 millones de las extintas pesetas para comprarse un lugar donde instalarse, ya que la pareja compartía vivienda.
Pero sigo con la Duquesa, que está feliz tras unos días encerrada en su palacete salmantino, al no haber podido escaparse con Alfonso Díez a Rusia como pretendían, el pasado 14 de octubre, a causa de la varicela de su hija.
Cayetana bien sería merecedora de un reconocimiento público, igual que Carmen Tello, por sus atenciones a la prensa, y apunta a ser firme candidata al Premio Naranja, que reconoce el buen comportamiento de las celebridades con los medios de comunicación. La Duquesa es un genio indomable, siempre con aires rebeldes y desafiadores. «Mar Flores –a la que cita en su libro por primera vez en tantos años– fue lo peor que le ha pasado a la Casa de Alba. Fue como un torberllino del que nos costó salir», dice. Silencia que la ex modelo con pretensiones de actriz se entregó totalmente al conde de Salvatierra, incluso le ayudó económicamente en momentos de urgencia. Eso sí, resultó de una abnegación insospechada su concurrencia al enlace entre Eugenia y Fran. Creó asombro, indignación y hasta regocijo. Se mezclaron churras con merinas.
Cayetana larga de manera incontinente, pero sorprende ver que, cuando cita a sus más íntimas, obvia a Pepita Saltillo o Ana Mary Abascal, algo que molesta y choca como el hecho de no incluir en esta lista de elegidos a Isabel Herece cuando Antonio Burgos será quien presente su libro en los Reales Alcázares de Sevilla.