Barcelona
El Barça mantiene la tensión alta (0-2)
El equipo azulgrana, letal al comienzo, supera alSevilla, que plantó cara con el marcador en contra
Sevilla y Barcelona se retaron a un partido de fútbol. Un partido de verdad, en el que la pelota era protagonista y la lucha por dominarla se convirtió en la principal preocupación. Todo giró alrededor del balón. Fue un partido sin tregua ni descanso, sin trampas. El problema para el conjunto andaluz es que despertó a la media hora, cuando ya era tarde, cuando el marcador era un muro (0-2) y Palop había impedido que fuera una montaña. El Sevilla se vio desbordado por su rival durante gran parte del primer tiempo. El actual campeón va a pelear «para dignificar la competición y preparar la "Champions"», según señaló su entrenador. No se sabe si la pelea servirá para algo, porque los diez puntos de ventaja del Real Madrid parecen irremontables, pero su obligación moral es la de continuar, y así lo está haciendo. Llega a esta parte de la temporada en plenitud y su comienzo del encuentro fue explosivo. Asfixió al Sevilla. Al equipo de Míchel se le veían las maneras, las ganas de querer jugar al toque, pero simplemente no le dejaron. El Barça presionó y dominó, con una gran participación de Xavi y Fàbregas, especialmente despierto en los pases en profundidad. Pedro hacía los desmarques correctos para recibirlos, pero le falla la definición. Es un jugador fundamental para el Barcelona, pero necesita recuperar su olfato goleador. Lo demás lo tiene: el trabajo, la movilidad, los apoyos constantes... Pero la portería se le hace pequeña, aunque ayer las dos intervenciones de Palop fueran de mérito.
Alves fue un tormento para el equipo local. Conoce perfectamente la banda del Sánchez Pizjuán, porque allí se dio a conocer en España, y ayer no se cansó de subir por ella para recordar viejos tiempos, aunque, curiosamente, el primer gol llegara por el otro lado, gracias a una falta a Adriano. Xavi la ejecutó con precisión y el Barça ya plasmaba en el marcador la superioridad que estaba teniendo en el juego, y que duraría todavía un rato más; el suficiente para que Messi cumpliera con su rutina goleadora. El argentino estuvo más lejos del área que en otros partidos. Bajaba al medio para que el Barcelona tuviera un elemento más para combinar allí, y controlar con ello el partido. En una incorporación desde atrás, Leo no perdonó. Control, regate y toque sutil por encima y a un lado del portero. Fácil. Al menos para él. Al menos lo parece viéndole a él, porque en realidad es muy complicado.
El segundo gol no tuvo el efecto que podía esperarse en el Sevilla. Sufrió un poco más la tortura del Barcelona, que perdonó la sentencia, pero después se encendió el interruptor del conjunto de Míchel, que nunca se vino abajo. En todo caso, ir 0-2 le encorajinó y le dio el plus que le estaba faltando. Logró igualar las fuerzas y el duelo a partir de ese momento se convirtió en un espectáculo. Idas y venidas de campo a campo, contras continuas, un poste de Manu del Moral, un remate fuera de Kanouté, más paradas de Palop, la réplica de Valdés... El portero del Barça incluso lanzó un contragolpe con un saque con el pie directo a Pedro, que lo hizo todo bien... Menos el remate.
El Sevilla casi logró igualar la posesión de balón. Se puso a la altura de su rival, le miró a los ojos. La presión local continuó al comienzo de la segunda parte. El Barcelona estuvo casi diez minutos agobiado en su área ante los balones que llegaban desde las bandas. Más desde la derecha, desde la de Navas, intermitente, aunque peligroso siempre que intervenía. Menos desde la de Reyes, que otra vez estuvo desaparecido y el estadio le pitó al ser sustituido. Fueron minutos en los que tomó protagonismo Mascherano, de nuevo impecable en el corte. Al equipo de Guardiola le costó rehacerse y tener tranquilidad. El ímpetu del Sevilla disminuyó pasado un cuarto de hora. Era difícil mantener un ritmo así. Por fin logró el conjunto azulgrana dormir la pelota como suele hacer: pasársela y controlarla con cierta calma. Iniesta, que había estado más apagado, entró en acción con sus diabluras y desaprovechó la oportunidad de hacer el tercero. Tiró a Palop al suelo con un amago, pero después no supo resolver y su disparo se marchó fuera. Demasiado bonito para ser verdad. Alexis, que entró al final, también falló un mano a mano con el meta local.
El peligro sevillista nunca desapareció. Era latente en cada balón al área, pero no se llegó a concretar. El Barça había resuelto antes. Está dispuesto a seguir peleando en esta Liga.
«Ánimo Abidal, volverás a ganar»
Abidal necesita un trasplante de hígado y el mundo del fútbol se ha volcado con él. Rivales y amigos, poco importa. Mourinho le mandó ánimos desde la sala de prensa y el Madrid le tiene preparado algo para hoy. Sus compañeros del Barcelona salieron con una camiseta en la que se leía en catalán: «Ánimo "Abi", volverás a ganar». «Nos acordaremos de él todos los días», dijo después Guardiola. También los jugadores del Sevilla lucieron camisetas de apoyo, y los aficionados mandaron mensajes con sus pancartas. La enfermedad de «Abi» se ha convertido en un factor más de motivación para el Barcelona, que durante muchos momentos ofreció ayer su mejor versión en el campo en el que, como reconoció Guardiola, más ha sufrido desde que es entrenador. Hace tres años el Sevilla casi le remonta un 0-3 que le hubiera supuesto perder la Liga. Ayer hubo menos sufrimiento para Pep. Xavi marcó rápido y todo fue más fácil. El «6» ejecutó una falta directa y ya lleva 13 goles entre todas las competiciones, nueve en la Liga. Es su temporada más anotadora.
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